domingo, 8 de marzo de 2009

Fracturas en el euro, un dólar en riesgo ¿No hay moneda a salvo? ¿Y…cuál es la propuesta?


El "progre" Stiglitz y la ONU llaman a crear un Banco Central Mundial. Esto, en manos de los actuales dirigentes, puede desembocar en un poder cada vez más centralizador


La Depresión del Siglo XXI ya se instaló

Según el pronóstico económico más reciente del FMI de fines de enero de 2009 se espera que el crecimiento económico a nivel mundial caerá en 0.5% este año, su tasa más baja desde la Segunda Guerra Mundial. Si no fuera por los países emergentes, este resultado luciría mucho peor. El PIB de la zona del Euro cayó con una tasa interanual de 5% durante el último cuatrimestre de 2008, un resultado peor incluso que en EEUU. Aunque sus estimaciones suelen ser siempre demasiado optimistas, el FMI pronostica para 2009 un crecimiento negativo de 2,0% para la zona del Euro. El Producto Interno Bruto de Japón cayó incluso con una tasa interanual de 12,7% en el cuarto trimestre de 2008.

Las esperanzas de una rápida recuperación tropezarán sobre las rocas de la realidad. La Gran Depresión del Siglo XXI ya queda manifiesta y perdurará más tiempo de lo que suele admitirse. Con ello la crisis se asienta paulatinamente como una crisis de confianza generalizada. Aunque las principales potencias señalan que el proteccionismo acentuará la recesión internacional, la práctica enseña que el 'salvase quien pueda' se esté dando.

Hay intervenciones de Estado a nivel nacional y se perfilan cada vez más medidas proteccionistas. Ben Bernanke de la Reserva Federal [de EE.UU.] ha manifestado la nacionalización de los mayores bancos como Citigroup. La intervención estatal en la banca conlleva a condicionar las inversiones en sectores nacionales como la industria automotriz. “Buy American” es el lema. Muchas medidas proteccionistas se encuentran veladas, en el paquete de rescate de la administración Obama. La suma de 2 billones de crédito que el gobierno de EEUU necesita durante el año en curso por si sola es una forma de proteccionismo ya que ese dinero no estará disponible para naciones menos favorecidas ni para las corporaciones en general. Los intereses servidos no son ni para el pueblo ni para la nación como un todo, sino para los de WallStreet.

Un mayor proteccionismo en EEUU repercute en Europa que recurre inmediatamente a recetas parecidas. La intervención con fondos públicos en Francia está directamente vinculada con “Buy French”, “British work by British workers” y así en adelante. Las lecciones de la Gran Depresión del siglo XX son claras. La generalización de las medidas de sobrevivir a costa de los vecinos conlleva a una espiral hacia abajo del crecimiento global y profundiza, entonces, la depresión.

Al fomentar medidas proteccionistas obviamente habrá perdedores más inmediatos. ¿Quienes son? Un colapso en el comercio a nivel mundial genera pérdidas para los países con el mayor superávit comercial como son el caso de China, Japón, los Tigres [asiáticos], Alemania, etc. También afecta directamente a los países productores de materias primas en el Sur, como es el caso de América Latina. Las exportaciones japonesas a Estados Unidos, la Unión Europea e incluso a China cayeron a la mitad en enero de 2009 y el país registró el mayor déficit externo desde 1979. Para poder sobrevivir en el comercio internacional se da una política de devaluaciones intencionales.

La política de devaluaciones individuales procura salvar la economía de una nación a costa de otra. Los países latinoamericanos que adoptaron el dólar como su moneda, como es el caso de Ecuador y El salvador, se encuentran en clara desventaja. La política de devaluaciones intencionales es mundial. También las monedas de Europa Oriental, por ejemplo, se devalúan cada día. Con la devaluación, sin embargo, la deuda entablada en monedas más fuertes se hace con ello cada vez más difícil de pagar. ¿Cómo está la situación de las 'monedas fuertes'?

El Dólar

El gobierno de EEUU debe al resto del mundo unos 11 billones de dólares y tan solo a China más de 2 billones. La deuda pública y privada de EEUU representa el 60% y el 360% del PIB estadounidense respectivamente. EEUU necesita de un crédito de dos mil millones de dólares diarios para evitar que el dólar colapse. ¿Cómo va poder imponer EEUU su voluntad si tomamos en cuenta que el país tiene la mayor deuda del mundo. Está claro que el país procurará mantener su hegemonía.

La actual secretaria del Estado, Madame Clinton, en su primer viaje oficial visitó a China evidentemente por ese motivo. La presión diplomática fue que China aumentara el crédito a EEUU. China, sin embargo, no se comprometió. Wen Jiabao, el primer ministro chino, más bien ha señalado que quiere usar las reservas en dólares para adquirir tecnología norteamericana y europea. Vea Axel Merk, “Are There Any Hard Currencies Left?” ( www.financialsense.com ). Por otro, lado China planea sustituir sus exportaciones en franca caída con obras infraestructurales para levantar su mercado interno.

Un conflicto internacional no está fuera de las posibilidades. No queremos en este artículo referirnos a ello. Ya lo hicimos en otras oportunidades (Antonio Jarquin y Wim Dierckxsens, “La geopolítica esperable con la Gran Depresión del Siglo XXI”, en www.observatoriocrisis.com ). Ante la falta de compradores de Bonos del Tesoro, la impresora del billete verde trabaja sin pausa. Esto pone el dólar en riesgo, aunque su tendencia alcista revela aparentemente lo contrario. El dólar temporalmente subió de precio ante la crisis crediticia a nivel internacional. La razón es que ante la falta de crédito hubo una gran demanda de cash [efectivo] para saldar las obligaciones. Lo anterior implicó una fuga de capital del Sur hacia el Norte que afectó, entre otros, a los países latinoamericanos. Sin embargo, esta demanda internacional de dólares está llegando a su final. La mejor señal: la evolución del precio de oro.

Hemos visto la caída del precio de petróleo de 140 a menos de 40 [dólares], la caída del Dow Jones de 14.000 a 7.000, el precio de las casas cayendo cada mes con una tasa interanual de 10%, cada vez monedas se desacreditan, sin embargo desde fines de 2008, el precio del oro más bien sube y todo indica que se trata de un cambio estructural. Se espera que durante el año 2009 el precio del oro subirá bien por encima de $1.000 la onza al constituir el último refugio de las reservas internacionales de manera segura. Ya hay acuerdo sobre la introducción de una nueva moneda basada en oro. Es cuestión de tiempo para que sea introducida. Será en medio de la crisis que se hará pública su introducción. (Ver Jim Willie, “Gold. Musings and Peptalk”.)

El Euro

Hace un año, cuando la crisis financiera estaba en su primera fase del supuesto desacople, la zona del Euro parecía un puerto seguro. Los vicios de los tiempos neoliberales, como la rigidez y prudencia del Banco Central Europeo resultaban de repente ser virtudes. En medio de la tormenta el Euro apareció como un barco seguro para sus pasajeros. Está claro que la economía norteamericana y la británica sufren una crisis de verdad. Sin embargo en 2009 queda claro que no hay tal desacople. Lo que hay en términos de Jorge Beinstein es un progresivo acople de la recesión que desemboca en una depresión mundial. Para el año 2009, la deuda expresada en porcentaje del PIB puede alcanzar en EEUU el 18%. Con ello llegaría a una deuda acumulada de casi 70%. Aunque EEUU no reciba prestamos del exterior, la nación puede aumentar la oferta de dinero para dar soporte a la banca. Lo realiza con la maquina impresora.

La estructura en la Eurozona demanda, en cambio, que cada Estado miembro ha de financiar su propio rescate y no mediante la impresión de billetes por el Banco Central Europeo. En la zona del Euro existe un pacto de estabilización que demanda que ese porcentaje no sobrepase al año el 3% del PIB. La realidad dista mucho de la política trazada. En Italia la deuda sobrepasa el 110% del PIB, en Grecia el 100%, en Portugal el 70% y en España e Irlanda el 50% (Vea, The Economist, 7 de Febrero de 2009: 43).

Se puede preguntar (como lo hace Ambrose Evens-Pritchard en el periódico The Telgraph del 15 de febrero de 2009) si Berlín estará dispuesto a rescatar a Irlanda, España, Grecia y Portugal cuando entren en bancarrota o si rescatarán a Italia cuya deuda pública ya sobrepasó incluso el 110% de su PIB? La situación se agrava si tomamos en cuenta el panorama en los países de Europa Oriental. Mientras el neoliberalismo prosperaba, las normas del Tratado de Maastricht no se aplicaban con mucho rigor para anexar uno u otro país del Este. Hoy más bien la situación es al contrario.

Los bancos de Europa Occidental han comprado la mayoría de los bancos en Europa Oriental. Las devaluaciones han complicado su capacidad de pago de los préstamos otorgados en Euros. La incapacidad de pago de sus deudas sustanciales podría poner en problema a más de un banco de Europa Occidental. Los bancos más expuestos a este riesgo están ubicados en seis países, Austria, Italia, Francia, Bélgica, Alemania y Suecia. El 84% de la morosidad se encuentra ahí. La BIS con sede en Basilea señaló que la morosidad de los clientes de la banca austriaca alcanzaba el 75% del PIB de Austria. Las deudas morosas de los Estados bálticos con Suecia alcanzan el 23% del PIB de ese último país. Las deudas de Polonia, Rusia y Rumanía con la banca neerlandesa alcanzan no más de 16% del PIB de esa nación. Gary Dorsch, “Fractures in Euro currency”, www.financialsense.com .

La pregunta entonces también es si los gobiernos de Europa Noroccidental están dispuestos o no a rescatar a sus vecinos en Hungría, Bulgaria y los Estados bálticos. ¿Que clase de soporte se dará a Austria si sus bancos entran en quiebra debido a su aventuras como “imperio” recordando los buenos tiempos de Habsburgo? Axel Merk (“Are There Any Hard Currencies Left?” www.financialsense.com ), no cree que el Euro esté en peligro de partirse al considerarlo demasiado caro para todos los involucrados.

Lo anterior no significa, sin embargo y según el mismo autor, que más de un miembro de la Unión Europea saldría de la Eurozona para poder devaluar su moneda, cosa que al mantenerse con el Euro no lo pueden hacer. De pronto podríamos tener una Eurozona dividida en tres: la del Sur, la del Este y la del Noroeste. Este salvase quien pueda probablemente no salvará a ninguno y con ello el Euro se encuentra bajo mucha presión. Conforme se acentúa la depresión aumenta la tentación de los estados más débiles de la Euro zona de buscar su salida del Euro a fin de poder devaluar su moneda como lo hizo el Banco de Inglaterra recientemente con la Libra Esterlina. A partir de ahí comienza la carrera del oro contra el Euro. Una cosa es tener bonos del Estado alemán y otra de los países de Europa del Este o del Sur. Con ello el Euro de facto se está partiendo en tres zonas.

¿Y las otras monedas qué?

A partir de lo anterior surge la pregunta de en qué moneda confiar, si es que se puede confiar todavía en alguna. Las monedas de Islandia, Dinamarca e incluso la Libra Esterlina y el Franco Suizo están bajo ataques de los especuladores. Por lo pronto tocarán las puertas de la embarcación europea buscando ser rescatados. No es imposible que reciban la respuesta de que no hay sitio en el barco a menos que paguen un precio muy elevado (Vease, “No Room in the ark”, The Economist, 15 de Noviembre de 2009: 68). Con ello queda claro que nos encontramos en una fase en que la crisis se profundiza no solamente en la economía financiera, el sistema bancario o en la economía real sino incluso en los mercados monetarios que constituyen la sangre de toda actividad económica en una economía de mercado. Una crisis monetaria generalizada significa una crisis de confianza general en la economía de mercado.

¿Y ahora…Qué hacer?

Las medidas proteccionistas y el 'salvase quien pueda' parecen no salvar a nadie. Se atribuirá la creciente inestabilidad monetaria al 'nacionalismo económico', conforme se vislumbre ese entorno. En esta coyuntura emergerá la tesis de que los problemas mundiales solo pueden ser abordados por instituciones globales. Las políticas nacionales serán tildadas como productos de la estrechez mental. Ante el escenario de inseguridad, a las élites financieras con más problemas nada les agradaría más que la creación de un Banco Central Mundial. Los líderes occidentales, como el primer ministro de Inglaterra Brown, ya han llamado a crear un Banco Central Mundial. ¿Quienes son los más interesados? Occidente, y en primer lugar EEUU, sobrevive o sucumbirá con lograr o no una salida global. Una ONU reformada habría de proveer el marco de referencia de un Banco Central Mundial.

La llamada “Comisión Stiglitz” nombrada por la asamblea general de la ONU para dar recomendaciones ante la crisis financiera y monetaria señala la necesidad de crear un Consejo de Coordinación Económica Global dentro de las Naciones Unidas. La comisión señala que en la actualidad la regulación financiera se realiza básicamente a nivel nacional, subrayando la necesidad de una mayor coordinación en este campo mediante instituciones globales. No basta el G7 o G8 ni el G20. Se busca aglomerar a través de las Naciones Unidas a los 192 países miembros. La comisión señala los peligros de la moneda de reserva única de la actualidad pero señala que la introducción de varias monedas que operen como tal pueda conllevar mayores peligros aún. La comisión hace una clara recomendación no solo de una regulación financiera a nivel global sino también de la competencia internacional.

¿Cuál es el peligro? Así como la Unión Europea se creó con las expectativas de un marco de coordinación, esta iniciativa en manos de los actuales actores sociales correrá aún mayor riesgo de desembocar en un poder cada vez más centralizador y esta vez a nivel global. Lo anterior puede desembocar en un totalitarismo global. La subordinación del Estado-nación a una gobernabilidad mundial ha de estar en función de la ciudadanía y no para, en última instancia, servir al interés privado que prevalece en la concepción de la comisión Stiglitz. A partir de esta lógica estamos de acuerdo con François Houtart, se precisa definir objetivos comunes que reafirman la vida en vez de amenazarla cada vez más.

Lo anterior implica el uso responsable de los escasos recursos naturales, dando vida a las cosas que producimos en vez de fomentar el consumismo. Un respeto por la vida natural como fuente de toda la vida en vez de verlo como mero objeto de explotación. Definir las prioridades en las necesidades desde el sujeto vivo y concreto sin exclusiones en vez de dejarlo al libre juego del mercado. Esto implica priorizar el valor de uso de las mercancías y no exclusivamente su valor de cambio. Definir las prioridades desde las necesidades del sujeto supone una verdadera democracia participativa hasta en el seno de la producción. Implica hacer a todas y todos realizarse como sujeto de su propia historia, implica respetar la multiculturalidad y desarrollar tolerancia ante las diversas formas de pensar o creer. En fin implica crear otra civilización

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