viernes, 27 de marzo de 2009

Cuba y Venezuela en alerta


El Imperio contra el ALBA y la revolución en América Latina (I); por Antonio Maira

(Algunas notas sobre las “crisis políticas” en Cuba y Venezuela)


inSurGente.- Obama ha enterrado el hacha de guerra que Bush blandía con ferocidad ostentosa: la expresión “guerra mundial antiterrorista”, que recordaba inmediatamente Abu Ghraib, Guantánamo y ciertas islas cárceles en el Índico ha desaparecido del lenguaje oficial y ha sido tachada y sustituida en los documentos militares y estratégicos. No es la primera vez que eufemismos y circunloquios se escriben justo encima de las tachaduras en los documentos actualizados de una estrategia de dominación invariable. Sin embargo, el nuevo presidente estadounidense ha mantenido en sus “puestos de combate” a los hombres claves de los últimos años de la “era Bush” y los ha reforzado con los veteranos de Clinton. También ha repetido –e incluso intensificado- las amenazas directas o indirectas de injerencia, y ha reforzado los instrumentos de intervención contra Cuba, Venezuela y los países del ALBA. Por si todo ello no fuese motivo más que suficiente de alarma, el presidente ha recurrido a una vieja fórmula: dejar en libertad a la CIA, a la DEA, al Pentágono y a la Secretaria de Estado, como si no fuesen órganos del gobierno de los EEUU: él mira simplemente hacia otro lado.





Las reacciones en La Habana y Caracas, reflexionadas y planificadas durante meses de observación del candidato y ahora nuevo presidente Obama y activadas durante semanas de tensión e incertidumbre crecientes, no se han hecho esperar.

Raúl Castro y Hugo Chávez, con el consejo estratégico de Fidel han definido una línea política de respuesta, antes de que la confianza y el prejuicio sobre el “cambio Obama” precipitase el desastre.

Nadie sabe como Cuba –la Venezuela de Chávez ha pasado y está pasando por un aprendizaje acelerado-, lo que es una “guerra larga”, y lo que son las “operaciones encubiertas” y las esperanzas inútiles. Sólo la crisis definitiva del capitalismo o la construcción de una alternativa invencible en América Latina pueden asegurar la soberanía de los pueblos y la transición al socialismo.



La “transición Obama”


*Para para ganar las elecciones presidenciales, forzado por la oligarquía que detenta el poder, o pactando un proceso difícil y frágil –no es el momento para discutir este asunto-, Obama ha mantenido en puestos clave a funcionarios de la administración Bush, de la administración Clinton e incluso de las administraciones anteriores.

Con la “era Bush” enlaza nada menos que el Secretario de Defensa Robert Gates, antiguo subdirector de la CIA y todos los generales Pentagonales;
En la misma línea camaleónica encaja el vicepresidente Joseph Biden, miembro de la comisión de “asuntos jurídicos” del Senado, y ex presidente del poderoso Comité de Relaciones exteriores de la citada cámara. Biden es sionista confeso.

Con la “era Clinton” (guerras corta de Yugoslavia y la larga y genocida del “embargo a Iraq) conecta “la señora”, nombrada Secretaria de Estado. Representa la continuidad de la saga familiar y de su política: en especial, la indiferencia por la ruptura del orden internacional utilizando la OTAN contra la ONU, y una postura radical de apoyo a Israel y a favor de la agresión a Iraq.

Todos los puestos de la administración encajan como anillo al dedo con la guerra larga para el establecimiento del Nuevo Siglo Norteamericano que había empezado mucho tiempo atrás y se había definido –en métodos que violaban flagrantemente la legalidad internacional- durante la guerra larga contra Iraq y la guerra de Yugoslavia.




La Primera Guerra Global contra los Pueblos


Las condiciones del desarrollo del capitalismo han generado procesos de acumulación y explotación a nivel global difícilmente imaginables hace algunas décadas.

A rasgos muy generales, tal vez la coyuntura actual podría delinearse a grosso modo, sintetizando las observaciones de diversos científicos sociales serios -y de manera tan imprecisa como el mapa de Américo Vespuchi-, de la siguiente manera:


Coyuntura económica inmediata

*Apenas en el comienzo de una crisis económica catastrófica los EEUU –después de emplear cerca de dos billones de dólares en el intento de rellenar las “burbujas saltarinas” que se han descargado cada una sobre la siguiente: gigantescos gastos de guerra, deuda externa incontrolable, deuda interna y externa multiplicada con la emisión de gigantescas emisiones de bonos y billetes, multibillonarias reservas en dólares en países “emergentes”, especulación inmobiliaria, utilización fraudulenta del sistema bancario para la absorción del ahorro interno y externo y para la acumulación de capital, utilización de los mercados de “futuros” con los mismos fines: petrolero, alimentario, de materias primas- han decidido terminar su crisis económica con un cambio de moneda encubierto.

Las emisiones de dólares y de bonos del tesoro hace apenas una semana tiene el objetivo claro de devaluar las reservas en dólares y bonos del tesoro en los bancos centrales de todo el mundo.

Paralelamente Washington presiona sobre Europa para que realice una emisión de las mismas características y magnitud en euros.

La medida supone la ruina inmediata de los países que han tenido cierto éxito en la especialización exportadora. La ruina vendrá acompañada de una enorme dificultad para garantizar la supervivencia alimenticia de sus poblaciones. Los conflictos sociales van a ser de magnitudes totalmente imprevisibles.

En América Latina sólo los países que llevan años en la dura educación de la resistencia, como Cuba; y que han iniciado –como los componentes del ALBA-, hace ya algún tiempo, planes de soberanía alimentaria y de intercambio solidario de recursos, podrán enfrentarse a la crisis. Venezuela, con sus recursos petroleros es una de las economías capaces de garantizar un intercambio exterior favorable y las alianzas políticas, económicas y militares necesarias para disuadir al Imperio y para resistir.

Durante las últimas tres décadas Cuba ha sido el “mal ejemplo a destruir”, la “contradicción en potencia”, “el germen del mundo nuevo”, “la esperanza, la práctica, el esquema, el concepto y la estructura de superación del capitalismo”. Cuba resistió para que la recuperación de la alternativa socialista no tuviese que empezar de cero.

La destrucción de la Cuba revolucionaria se convirtió en una necesidad cuya realización se encomendó al bloqueo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario