miércoles, 9 de diciembre de 2009

Reflexiones sobre el Climagate

"No hay error más peligroso que confundir la consecuencia con la causa: yo lo, llamo la auténtica corrupción de la razón. Sin embargo, ese error es uno de los hábitos más viejos y más jóvenes de la humanidad." Nietzsche (Los cuatro grandes errores)





"Un rayo de Sol... oh, oh, oh..." Y es que lo que está pasando es parecido a la canción.
El otro día informándome sobre las distintas televisiones que ofrece el mercado volví a topar con la cruzada ecologista cuando me enteré que la Unión Europea piensa prohibir las televisiones de plasma por temas de consumo, cuando éstas de por si ya consumen mucho menos que los antiguos televisores de tubo (CRT). El futuro parece favorecer a los nuevos sistemas LCD del tipo LED por su menor consumo aunque, como mal pensado que soy, también se me ocurre que esta ley no sea más que un ataque encubierto de las firmas LG y Samsung (precursoras de la tecnología LED) para imponer su apuesta en el mercado europeo a favor de esta tecnología amparándose, cómo no, en el caballo de Troya del siglo XXI: en la cruzada ecologista. Sea lo que sea lo que acontece en el mercado del televisor, no es de estos ingenios precisamente de lo que pretendo informar en estas lineas sino más bien de la moda actual de justificar toda ley y decisión en la materia ecologista y hasta qué punto es consecuente.
Estoy, y así a bocajarro lo proclamo, a favor y en contra de toda esta vorágine "ecologeta" contra el cambio climático.
¿Y cómo puede ser que alguien que se considera amante de la naturaleza que sufre cada vez que no llueve una primavera, que aclama a los cielos cuando ya no oye el cántico de las ranas en los ríos donde antiguamente hacían orquesta, que no soporta el graznar de una especie de loros verdes tropicales que inundan la estepa ibérica desplazando al gorrión, urraca y mirlo de toda la vida y que pierde el apetito cuando ve los prados cual mojama en pleno otoño pueda tener reservas contra la tendencia "capitán planeta"?
La respuesta es muy sencilla: porque cada vez que se insinuá que tal vez no seamos tan culpables de los cambios que están ocurriendo y que hayan fuerzas superiores obrando, ajenas a la actividad "todopoderosa" del hombre, uno... ¡se topa con la iglesia ecologista (más basada en la fe y en principios incuestionables que en otra cosa)!

Una cosa está clara, cada vez vemos más decisiones políticas argumentadas desde el ecologismo y, por ende, en aras de invertir el cambio climático pues parece que ambos conceptos suelen ir agarraditos de la mano. Cierto es que el clima está cambiando y cierto es también que tratamos al medio ambiente como un estercolero lo cual es indignante, bochornoso e intolerable pero, ¿es nuestra actividad humana causa directa del cambio climático? ¿Es nuestra emisión de CO2 la causa última, un efecto o un factor sumatorio? Este ha sido un debate muy manido en los últimos años y cada vez la opinión pública, muy en la línea de los medios de comunicación masivos, han ido virando hacia la postura de "culpabilidad directa e incuestionable": el cambio climático es culpa del hombre, somos culpables igual que lo fuimos de las siete plagas en Egipto y nos merecemos un castigo divino...

Hemos llegado al punto de creer, y nunca mejor empleado este término, que los ríos se secan por nuestras emisiones de gases, que este verano va a hacer más calor por nuestro derroche de energía, que el próximo invierno no nevará porque no reciclamos y que hay que tener mayor cuidado con la radiación del Sol por..., por..., por la emisión de CO2 de los gases flatulentos de todos los que creemos que el clima cambia pero que la causa primera es ajena a nuestra competencia (siendo la actividad irresponsable del hombre una enfermedad coadyuvante).

Un servidor, cansado de leer tonterías de toda índole y aberrado ya de la manía judeocristiana autoincriminatoria del tipo "ha sido culpa mía, me lo merezco", ha pretendido ahondar en el cambio climático y mi incursión en estas lides lo único que ha conseguido es preocuparme mucho más por el tema y sobre todo, indignarme sobre la manipulación y política de ocultamiento que se está llevando a cabo por los medios de comunicación.

El clima está cambiando porque, simple y llanamente, puede que el Sol esté cambiando, como todos los astrofísicos mencionan.

El Sol es capaz de generar en un segundo energía suficiente para abastecer a Nueva York durante un millón de años y está formado por helio e hidrógeno en continua reacción termonuclear, que por cierto son éstos los átomos más sencillos pero a la vez los cimientos de toda la materia. Teniendo en cuenta estos datos algo necesariamente debe influir en nuestro planeta... aunque a muchos ecologistas no les entre en sus molleras, propensas a ver más peligro en un pedo (CO2) que en una tormenta solar. Pues bien, la fuente primera de energía de todo el sistema solar, el dios radiante que consigue que exista el noventa y muchos por ciento de la vida en este planeta (sino toda) esta cambiando, y así lo lleva años anunciando la Nasa un buen tiempo. Ya han proclamado de forma pública y contundente en varias ocasiones durante los últimos años que el Sol está siguiendo un proceso desconcertante, que todas las estimaciones y modelos de dinámica de nuestro astro sobre sus ciclos cortos fallan estrepitosamente y que, en base a lo ocurrido, se estima que esta etapa de actividad imprevista acabará en un pico máximo de solarización que durará hasta los próximos dos o tres años.
Parecen todos concordar en que precisamente ahora estamos en un periodo de tranquilidad que puede preceder a un aumento significativo de actividad aunque en realidad apostar sobre los ciclos solares es arriesgado cuanto menos.
http://ciencia.nasa.gov/headlines/y2009/29may_noaaprediction.htm

El Sol está cambiando su actividad, esto parece inapelable, y no sólo por tener en cuenta la opinión de la Nasa y otros astrofísicos independientes sino porque también la experiencia y el juicio ofrecen datos como que nuestro astro es más agresivo y más propenso a producir melanomas debido a su creciente radiación perniciosa.

Atrás quedaron los días de playa en los que, siendo un niño, recuerdo pasar horas horas y horas en las playas alicantinas sin crema solar y no quemarme. Ahora sólo me bastan unos cuartitos de hora sin protección bajo la solana levantina para pasar una noche inolvidable con la piel calcinada.
Yo hasta la fecha no he conocido a nadie familiarizado con el mar, la playa y el Sol que no afirme con contundencia que nuestra estrella es cada vez más dañina, nadie.

¿Pero hay algún otro dato que pueda corroborar que nuestra estrella sea la causante de los cambios más significativos que se están dando en nuestro planeta o que al menos juegue un papel mucho más decisivo que la actividad humana? Desde luego lo hay y es simplemente que el cambio climático se está dando en todo el sistema solar. De primeras esta afirmación puede parecer chocante pero no es nada nuevo, aunque pocos hayamos oído sobre esto en los medios masivos de incomunicación tan afanosos en pretender dar la idea que los cambios climáticos responden a las emisiones humanas y que los peores problemas actuales son la gripe A, el teleterrorismo internacional y la última lesión de Cristiano...
Volviendo al mundo real: los polos de Marte están retrocediendo y otros planetas empiezan a mostrar evidencias de esta tendencia a la alta en cuanto a temperaturas. Lo cual nos lleva a pensar que el sistema solar está atravesando un ciclo en conjunto o que la divina casualidad así lo ha llevado a cabo.
http://news.nationalgeographic.com/news/2007/02/070228-mars-warming.html
http://senalesdelostiempos.blogspot.com/2007/04/otros-planetas-tendran-cambios.html



Curioso cuanto menos es que cuando hablas con un brigada del brazo armado del ecologismo sobre los polos de Marte suela poner cara de póquer y pregunte: "¿Marte tiene polos?"


"¿Y cómo puede ser que no se nos haya ocurrido antes meter en la ecuación del cambio climático al Sol? ¿Es que la ciencia ha estado dormida hasta ahora?" Te podrás estar preguntando ahora...
Pues bien, este tema ya es conocido desde hace bastantes años aunque políticamente se haya enterrado bajo una capa espesísima de efectos invernaderos humanos... pero ya se ha demostrado sobradamente que el electromagnetismo del Sol influye directamente en la cantidad de rayos cósmicos que reciben los planetas y estos rayos, a su vez, están directamente implicados en su acción sobre las masas nubosas y el clima:
http://www.astroseti.org/noticia_2770_Cambio_climatico_poderosa_influencia_del_Sol.htm

Sólo hay que husmear un poquito por internet, publicaciones especializadas o bibliotecas de barrio para salir de dudas sobre la influencia capital del Sol sobre el clima y como éste se ha cansado de ser calculable para entrar en un perido alocado con consecuencias hoy por hoy imprevisibles.





Pero políticamente no es correcto echar las culpas de algo que nos afecta a tan magna escala a una causa que, nos guste o no, es absolutamente incontrolable por la mano minúscula de un pequeño ser que juega a ser inteligente y controlar su medio. ¿Qué puede hacer el hombre contra toda una estrella que encima nos ha dado la vida y ha sido punto de referencia en la gran mayoría de los cultos siendo deidificado hasta la saciedad? ¿Acaso el astro rey nos dio la vida para ahora quitárnosla cansado de alumbrar a un ser depredador que no quiere cambiar?

Es infinitamente mejor pensar que todo mal es culpa nuestra y politizarlo, autoinculparnos de un problema irremediable por nosotros y, si es posible, escurrir el bulto para olvidar el verdadero destrozo que estamos haciendo al planeta y a los nuestros: LA DEFORESTACIÓN y la HAMBRUNA. Estas aniquilaciones de bosques, personas y animales son posiblemente los peores desatinos que los hombres hemos hecho en toda nuestra historia conocida y los más remediables si hiciéramos por detenerlos.

En el tema del ecologismo a nivel político es mucho más bonito mirarse el ombligo de las emisiones, reciclados y ahorros energéticos que descubrir al brazo que sostiene el hacha maderera. El clima cambia, porque cambia el Sol, y porque estos ciclos siempre se han dado pero lo que no cambia es nuestra falsa indignación centrada ahora en un cambio en el que nosotros sólo somos una causa que suma pero que no determina. Permanecemos ciegos ante la mayor extinción conocida y realizada por el hombre de la que somos causa total y directa pero de esto no se trata en las cumbres (¿¿dónde están las leyes para reducir drasticamente el consumo de papel y la deforestación de una puñetera vez?):
http://www.laflecha.net/canales/ciencia/noticias/200502089



¿Debemos ser ecologistas? Desde luego; pero con cabeza, teniendo en cuenta las prioridades que se deben establecer y más allá de toda pretensión política.




Pd. El consejo del día es que hoy no uses papel y evacues a gusto todo el CO2 del que tu cuerpo necesite desprenderse sin que te sientas verdugo/a...

No hay comentarios:

Publicar un comentario