Francisco Serrano, el juez de Sevilla que se ha atrevido a denunciar la otra realidad de la Ley de Violencia de Género, las denuncias falsas, escribe este domingo un artículo en el que lamenta la imposición de un "nuevo postmachismo" que perjudica a las mujeres que dice defender.
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Ante las críticas que ha venido recibiendo desde que denunciara las injusticias de la Ley de Violencia de Género, Francisco Serrano, titular del Juzgado de Familia número 7 de Sevilla, escribe este domingo un artículo en El Mundo con todos sus argumentos y cargado de críticas a quienes se autoproclaman como defensores de la mujer.El juez denuncia que vivimos en una sociedad "alienada por una gran mentira de Estado", una "hipócrita contrarreacción a la cordura, la sensatez y el auténtico sentido de justicia e igualdad". Se refiere al juez a los planteamientos feministas y recuerda que "la igualdad y la libertad", pese a los planteamientos de algunos, "no se imponen, se conquistan".
Para Serrano, "resulta injusto" y "humillante" que hoy en día se dé una "protección extraordinaria adicional" a "esas mujeres que se han hecho a ellas mismas" por el mero hecho "de pertenecer al género femenino". En su opinión, les margina el hecho de "ser calificadas como víctimas por el mero hecho de ser mujeres y requerir de tutela institucional y normas de discriminación positiva".
Según el juez, "la mujer será libre e igual cuando sepa reconocer que la peor rémora" para conseguir esa igualdad "lo constituye el nuevo postmachismo que lidera el movimiento feminista integrista y radical" Y alerta de que se trata de un movimiento fundamentado "en una doctrina de pensamiento único", una "nueva ideología de género de corte totalitario" que intenta silenciar al "disidente".
Serrano advierte que "una injusticia no puede ser contrarrestada con otra injusticia", en alusión a la Ley de Violencia de Género, y lamenta que para "los demagogos nombrados a dedo que sostienen la bondad del instrumento legal" no existen los "niños manipulados" por uno de los padres, ni las "denuncias radicalmente falsas de mujeres despechadas" ni "hombres injustamente detenidos" y "maltratados".
Los datos estadísticos, denuncia, sólo los pueden elaborar quienes "con ellos pretenden sólo confirmar sus planteamientos ideológicos". Y advierte que, pese a todo, "el debate social está abierto, sin que la nueva inquisición que ya controla el Legislativo, el Ejecutivo y gran parte del Cuarto poder mediático pueda intentar aplastar por la fuerza a aquellos miembros del Poder Judicial cuyo único pecado es ser independientes e imparciales" al negarse a ser contaminado por esa "perniciosa ideología de género". "Esperemos", concluye, "que la fuerza de la razón se imponga a la razón de la fuerza".
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