Miller-McCune/SoTT.net
Traducción El Averiguador y Señales de los Tiempos
22/12/09
Incluso los europeos más empedernidos podrían sucumbir a la manipulación de los medios y cambiar sus visiones políticas si se los bombardea lo suficientemente con noticias tendenciosas.
No existe nadie más cínico respecto a los medios que el europeo promedio.
La BBC reveló que solo el 12% de los europeos dicen confiar en los medios, comparado con el 15% de norteamericanos, 29% de asiáticos y 48% de africanos.
Aún así, una nueva investigación de la Universidad de Ciencias Económicas y Políticas de Londres sugiere que incluso los europeos más empedernidos pueden sucumbir a la manipulación de los medios y modificar sus visiones políticas si se los bombardea lo suficientemente con noticias tendenciosas.
Michael Bruter, un experimentado profesor de política europea de la Universidad, envió una cadena constante de boletines con noticias de Europa y la Unión Europea – fueran noticias del todo buenas o del todo malas – a 1.200 ciudadanos de seis países durante dos años.
Con el transcurrir del tiempo, Bruter descubrió, y sin excepción, que los lectores adoptaron subconscientemente la tendenciosidad en diversos grados y modificaron sus puntos de vista sobre la Unión Europea y sobre ellos mismos como europeos, algunos de ellos en extremo. Sorprendentemente, no registraron ningún cambio al poco tiempo de detener el envío de los boletines – no hasta después de seis meses completos, cuando obviamente ya habían bajado sus guardias.
Bruter lo denomina el efecto ‘bomba de tiempo’ de las noticias que muestran una sola cara. Su estudio presenta una dura imagen sobre cómo el cinismo, lejos de inocular para resistir a la persuasión política, simplemente demora el impacto.
“Sabemos que una creciente proporción de ciudadanos desconfían de los medios y que algunos afirman explícitamente descartar lo tendencioso en las noticias que reciben”, escribió. “Sin embargo, demostramos que a pesar de esta calificada estrategia de lectura, el efecto de las noticias resuena con el paso del tiempo".
Bruter no estudió a los medios norteamericanos, pero su investigación delibera sobre los efectos a largo plazo de la exposición a las noticias televisivas polarizadas en emisoras tales como Fox y MSNBC – que actualmente se ubican primero y segundo en el índice de audiencia de noticias. Recientemente la administración de Obama calificó al canal de noticias Fox como un oponente político y no como un legítim organismo de noticias.
El efecto ‘bomba de tiempo’ llama a reflexionar sobre si el cinismo de los ciudadanos modernos realmente los hace más vulnerables a las mismas fuentes periodísticas de las cuales desconfían y respecto a las cuales se sienten inmunizados, señaló Bruter.
En consecuencia, los ciudadanos británicos, los más cínicos de todos, podrían estar atentos ante los mensajes anti-UE de sus medios, pero aún así, el estudio sugiere que de todas maneras pueden ser manipulados para sentirse, en gran medida, menos europeos que los demás, indicó Bruter.
Los medios, dijo – y particularmente, los tabloides – deberían dejar de ignorar las acusaciones tendenciosas con afirmaciones de que “sus audiencias son maduras y sofisticadas y pueden tomar lo que se dice con una pizca de sal”.
“En contraste, mis descubrimientos sugieren que incluso las audiencias sofisticadas son efectivamente susceptibles a la manipulación”, señaló. “Como tal, la gran lección para los medios es que sí tienen una responsabilidad”.
Bruter quedó intrigado con el problema de los medios y la identidad luego que ciudadanos de Francia y Holanda votaran en contra de una propuesta de constitución para la Unión Europea en el 2005. Señaló que este revés hizo imperativo que descubriera si los medios estaban influenciando el “porqué algunos ciudadanos se sienten más europeos que otros”.
Bruter planteó un experimento de dos años de duración a través del cual envió boletines quincenales con noticias tendenciosas sobre Europa y la UE a unas 200 personas por país en Inglaterra, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal y Suecia. Estos países representaban a miembros de la UE, adultos y jóvenes, ricos y pobres, pro-europeos y ‘euro-escépticos’.
Cada boletín de cuatro páginas, compuesto por periódicos europeos diarios y semanales, incluían dos hojas de artículos exclusivamente sobre Europa y la UE, todos positivos o todos negativos.
Entonces, por ejemplo, un grupo de participantes leerían sobre cómo los líderes de estado habían acordado luchar conjuntamente contra el tráfico de drogas, Airbus fusionándose con Boeing como el fabricante más grande de aviones, y el creciente valor del euro, mientras que otro grupo leería sobre la disminución del valor del euro, de Airbus perdiendo un gran pedido en China para Boeing, y de los líderes de estado fallando en lograr un acuerdo sobre la lucha contra el crimen organizado en el antiguo bloque oriental.
Sumado a ello, los boletines de “buenas noticias” contenían tres fotografías o dibujos de símbolos pro-europeos como mapas de Europa y fotografías de la bandera de la UE (un círculo amarillo centrado sobre fondo azul), mientras que los boletines de “malas noticias” contenían fotografías placebo de personas y paisajes.
Antes de enviar el primer boletín, los participantes completaron un cuestionario diseñado para medir su identidad civil, cultural y europea. Respondieron a preguntas tales como (en diferentes lenguajes), “En general, ¿usted está a favor o en contra de los esfuerzos realizados para unificar a Europa?” “En general, ¿se considera usted un ciudadano europeo?” “¿Diría usted que se siente más cerca de sus compañeros europeos que, digamos, de los pueblos chinos, australianos, o americanos?”
Asimismo, a los participantes les solicitaron describir su reacción si vieran una bandera europea prendida fuego, y su reacción si vieran a alguien quemar una bandera de su propio país.
Recibieron prácticamente los mismos cuestionarios dos veces más – justo después de dejar de recibir los boletines y seis meses después de ello.
Los descubrimientos demostraron que las noticias tendenciosas virtualmente no produjeron ningún efecto directo sobre si los ciudadanos se sentían más o menos europeos o más o menos a favor de la UE luego de dos años de experimento. Pero seis meses después de haber enviado el último boletín, los resultados mostraron que fueron inconfundiblemente afectados.
El estudio descubrió que la constante exposición a los símbolos de Europa y de la UE – banderas, mapas y billetes de euros – funcionó inmediatamente haciendo sentir a la gente más europea. Y seis meses después del experimento, los participantes que habían sido expuestos con regularidad a los símbolos estaban más concientes de ellos en la vida real. En efecto, habían sido "preparados" por los boletines para que los notaran.
Pero la ‘bomba de tiempo’ de las noticias tendenciosas fue más efectivo que la exposición a los símbolos para manipular a los miembros de un “vasto y cínico público europeo”, dijo Bruter.
“Demuestra que incluso la más ‘increíble’ propaganda podría producir un efecto con el transcurso del tiempo y que la mayoría de los falaces e infundados rumores, por ejemplo, podría moldear la opinión en cierta medida”, dijo Bruter.
Hoy, la Unión Europea ha sumado a 27 estados miembros, de los originales seis que se unieron en mutua cooperación económica en 1957. El Tratado de Lisboa, un reemplazo de la fallida constitución europea del 2005, entrará en vigencia este año: 26 de los 27 países miembros lo han ratificado, incluyendo a Francia y Holanda. La República Checa es la última en resistirse.
Pero a pesar de lo que hagan los gobiernos, el problema del porqué y cómo los ciudadanos de diferentes países de Europa comienzan a sentirse menos británicos o daneses o portugueses, por decirlo de alguna manera, y más europeos, es mucho más complejo. Los medios, según Bruter, pueden impedir o motivar ese sentimiento con el tiempo.
“En última instancia el efecto de las noticias entra en acción y, por lo tanto, influencia a ciudadanos de identidad europea con notable eficiencia en el largo plazo”, dijo.
¿“Bomba de tiempo”? El efecto dinámico de las noticias y los símbolos sobre la identidad política de los ciudadanos europeos”, fue publicado a comienzos de año en la revista Comparative Political Studies (N.del T.: Estudios Políticos Comparativos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario