miércoles, 30 de diciembre de 2009

El tsunami de la crisis laboral

Anuncian que los despidos en masa continuarán

Las consecuencias sociales y laborales de la crisis para los trabajadores están alcanzando cotas inimaginables por la mayoría hace muy poco. Y las perspectivas para el 2010 contradicen todo el discurso interesado de la salida de la crisis. A tenor de lo que la  propia prensa económica oficial publica hoy sobre la “nueva oleada de despidos que se prevé”, está claro que a los trabajadores la única “salida de crisis” que les interesa es aquélla en que crisis y sistema riman.  


(Expansión, M. Tejo. 30-12-09) Los fogones de los despachos no dan a basto. Casi siete de cada diez empresas ha recortado su plantilla este año y 17.199 lo han hecho a través de expedientes de regulación de empleo (ERE), que han afectado a 490.734 trabajadores, un pico histórico que a duras penas mejorará en 2010.

Empresas, juristas y sindicatos no ocultan que habrá una nueva tormenta de ERE –de menor intensidad que la vivida este año–, que podría arrollar a cerca de 390.000 trabajadores, si la partida iniciada para la recuperación sigue en tablas.

El abogado Jesús Domingo, socio director de ACF Empresarial, explica que las regulaciones masivas “se preparan mucho tiempo antes de ver la luz”, con lo que buena parte de los procesos iniciados este año no se plasmarán hasta 2010. Los equipos jurídicos no sólo cocinan despidos masivos ,“también procesos de reducción de jornada y salarios”. Los 3.670 concursos de acreedores (antigua suspensión de pagos) admitidos a trámite este año son otro palazo que sumará arena a la montaña de despidos, ya que se calcula que al menos una tercera parte está pendiente de ejecución.

Para Orestes Wensell, director Territorial de Creade-Lee Hecht Harrison y experto en procesos de reestructuración, está claro que “quedan Expedientes de Regulación por llevar a cabo en varios sectores”. “El entorno es gris y todo indica que no veremos la luz hasta finales de 2010”. Wensell pone el acento en las empresas que han recelado de realizar ajustes este ejercicio, “porque esperaban poder capear el temporal”. Sin embargo, el año toca a su fin y los pronósticos siguen hundidos: el PIB retrocederá un 0,6% en 2010, lastrado por el empeoramiento de la demanda nacional, según el consenso de analistas Funcas. Ante este panorama siete de cada diez sociedades declararon a mitad de año que planeaban ajustes. En uno de cada diez casos, superior al 10% de la plantilla, indica Mercer.

Los expertos y las fuentes sindicales de CCOO y UGT consultadas no ocultan que los trabajadores afectados por un ERE temporal, 390.447 hasta octubre, están literalmente en la cuerda floja. El reto pasa por lograr que esos despidos eventuales no muden en definitivos. Éste es el dilema que se le podrá plantear a Yamaha España (con planta en la factoría de Palau Solitá i Plegamans), pendiente de si las ventas europeas evitarán medidas más drásticas en la compañía.

Algo similar sucede en Seat, donde se ha despedido cautelarmente a 7.800 trabajadores, entre las plantas Martorell y la Zona Franca. Otro foco donde arrecia el temporal es el financiero: aquí las fusiones forzarán reequilibros de plantillas, como sugiere el último boletín del Banco de España. Lloyds Bank ha sido de los primeros en plantear un ERE para 189 empleados, el 40% de la plantilla española.

Desde Fedea defienden que es inútil sostener sine die a determinados sectores. Tanto el renovado Plan 2000E para la subvención de compra de vehículos como las ayudas públicas para obras locales han tratado de levantar un muro de contención frente a los despidos, pero “antes o después tendrá que llegar el ajuste”. Más a más, Gregorio Izquierdo (IEE) alerta de que las ayudas a los sectores escogidos puede tener un efecto pernicioso: hipotecar el futuro de otras actividades que sí tienen potencial de crecimiento.

Desde la Federación de Metal y Construcción de UGT son conscientes de lo que queda por llover, así que entonan su consigna: “No firmar un ERE por menos de 30 ó 32 días de indemnización por año trabajado”.

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