Una mujer ha sido condenada a dos años de cárcel por dar un puñetazo en la cara y golpear con una escoba a su compañero sentimental, cuando éste le dijo que iba a luchar por la custodia de la hija de ambos. La sentencia señala "agresiones, insultos e intimidaciones" de forma "constante y habitual".
EFE
Un juzgado ha condenado a dos años y dos meses de cárcel a una mujer que maltrató a su compañero durante el tiempo en que ambos convivieron en Usurbil (Guipúzcoa), y al que dio un puñetazo en la cara y le golpeó con una escoba cuando él le dijo que iba a luchar por la custodia de la hija de ambos.Según la sentencia del caso, la acusada, de nacionalidad brasileña, mantenía una relación "análoga a la conyugal" con su víctima, a quien sometió a diferentes formas de "violencia física y psíquica" por medio de "agresiones, insultos e intimidaciones" de manera "constante y habitual" mientras duró su relación sentimental.
En concreto, el escrito judicial cita un episodio ocurrido el 14 de octubre de 2006, cuando la procesada empujó a su compañero, que se golpeó con una mesa de cristal y sufrió diferentes heridas incisas en un muslo.
El 7 de noviembre, en el contexto de una discusión sobre el final de la relación sentimental que mantenían, el hombre comunicó a la imputada su intención de "luchar por la custodia de su hija".
La mujer "se puso agresiva, comenzó a insultar" a su víctima y "a lanzar platos al suelo", tras lo que le propinó un "fuerte puñetazo" en la cara, le arañó y le golpeó con una escoba. A consecuencia de esta agresión, el perjudicado sufrió "una contusión en la región maxilar izquierda, erosiones en ambos laterales del cuello y una contusión lumbar" de las que tardó cinco días en recuperarse.
Días después, el 13 de noviembre, la inculpada acudió al centro en el que estaba escolarizada la niña para recogerla, a pesar de que no le correspondía a ella hacerlo, motivo por el que la profesora de la menor le recordó que ese día debía hacerse cargo de la pequeña su padre.
Tras este incidente, la mujer se dirigió a su ex compañero y le amenazó diciéndole que lo iba a "pagar muy caro". Unas jornadas antes la acusada había llamado por teléfono al perjudicado y le había advertido: "ya verás lo que te va a pasar". A raíz de esa situación, el hombre sufrió "una sintomatología depresiva y un importante estrés postraumático".
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