Tras una multitud de reuniones y eventos relacionados con la futura presidencia de turno española, el líder de Europa de la Libertad y la Democracia, el eurodiputado Nigel Farage (Farnborough, 1964), se muere de hambre. En Madrid para la conferencia de los presidentes de los grupos de la Eurocámara con la Presidencia española, el británico lleva el día cruzando la ciudad -de Barajas a El Pardo, al Palacio Real y de allí finalmente al hotel- con compañeros de la Eurocámara que,
según él, le "odian".
Con impecables modales británicos, pide perdón por haber cambiado la hora de la entrevista varias veces; llegaron de Bruselas con retraso y "ya sabes como son los españoles, aunque sea un acto europeo -todo va con retraso-". Por fin libre, y enfundado en su típico abrigo inglés, el eurodiputado se monta en un taxi y pide que le lleven a cualquier lugar en donde pueda comerse "una cena decente".
Luego, ya acomodado en un asador vasco en la zona AZCA y con un gin tonic enorme en sus manos, Farage elabora sobre el asunto. "Zapatero y Morratorras -o como sea que se llame- son muy majos, pero hablemos de la realidad. ¿Qué se cree ese hombre? Todo el mundo sabe que la presidencia española de la UE no significa nada. Se pasará los próximos seis meses comiendo súper bien, pero ¿tendrá alguna función práctica? Ninguna. Esto hasta lo reconoce Schulz [el líder de los socialistas europeos], quien preguntó hace unas semanas si era necesario seguir con el lío de las presidencias rotativas de la Unión, ya que incluso él las considera como algo de bobos".
"Dejémonos de tanto protocolo y despliegue de Estado", dice el británico, refiriéndose a la serie de actos oficiales y la enorme escolta policial que llegó a colapsar el centro de Madrid durante media hora. "Después de ocho años y medio de trampas, mentiras, amenazas y 'bullying', los europeístas se han salido con las suyas. Ya tiene su Tratado de Lisboa, y aunque los españoles no quieran que sea así, no les queda otra que ceder ante los nuevos altos cargos".
'Rompy-Pompy' y la 'bellísima baronesa'
Los cargos a los que se refiere son los del presidente 'permanente' del Consejo y la alta representante de Asuntos Exteriores. Cuando se le pide su opinión acerca del nuevo presidente, el belga Herman van Rompuy, Farage responde, "¿Quién?", haciendo referencia al perfil totalmente desconocido de quien se supone que será una de las dos 'caras' de Europa. "¡Es éste el hombre quien va a detener el tráfico en Pekín? ¿Rompy-Pompy? ¡Dios nos salve!"El inglés es aún más brutal con su compatriota, la baronesa Catherine Ashton. "La bellísima baronesa es una inútil. Nunca ha sido elegida para un cargo público -ha sido nombrada por el Gobierno Brown como premio a su esposo, un donante importantísimo del Partido Laborista-. Y ahora es 'superministra'; todos dicen que los británicos 'impusieron' su elección, pero el hecho es que los que más pujaron por ella fueron los españoles, a cambio de..."
'Gran Bretaña está atrapada en la UE por culpa de unos cobardes, pero el pueblo empieza a despertar.'
"En Gran Bretaña el debate original fue entrar en un mercado común. Nadie mencionó nada de una unión política, de la supremacía de la ley europea sobre la ley británica. Lo que pasó es que nos colaron goles en Bruselas, y los que estaban en el poder no tuvieron el valor de admitir la realidad de la situación. Estamos atrapados en la UE por culpa de unos cobardes".
Ante su nuevo protagonismo, el británico celebra que su "pueblo empieza a despertar" y dice que desea que el Reino Unido salga cuanto antes de la Unión "para ir a celebrarlo por todo lo alto en Trafalgar Square".
'El europeísmo es el nuevo ultranacionalismo'
Farage es conocido por hablar sin matices. Compara a la UE con la antigua Unión Soviética y dice que las reformas de Lisboa le recuerdan a la debilitación de la democracia en la República de Weimar previo al ascenso de Hitler. Dice abiertamente que la mayoría de quienes están a favor de una Unión federalista tienen esa actitud porque vienen de "no-naciones" insignificantes ("como Bélgica, esa broma de país") y denuncia que el nacionalismo de antaño ha sido reemplazado por un europeísmo militante, excesivo.'Schulz es incapaz de ser ultranacionalista por la vergüenza que siente por lo que hicieron sus padres; ha cambiado su enfoque de exaltación de Berlín a Bruselas'.
Sus comentarios en los debates han provocado la ira de varios presidentes de la Eurocámara. El alemán Hans-Gert Pöttering le acosó en un ascensor y le dijo que no quería a personas como él en el Parlamento, según cuenta el inglés. El actual presidente, Jerzy Buzek, le ordenó a comparecer en su despacho para llamarle la atención hace unas semanas. "Tuve que ir al despacho del 'profe', y creo que no le hizo gracia que pidiera un gin tonic cuando me ofreció un café". Según Farage, Buzek dijo que consideraba inaceptable sus 'insultos' en la Eurocámara. Cuando el británico le pidió que le diera un ejemplo del lenguaje ofensivo, el presidente del PE citó un discurso en el cual se había referido a ciertos eurodiputados como "pigmeos".
"Yo le respondí, 'Pues tampoco son gigantes, pero no pasa nada, señor: ¡de ahora en adelante me referiré a ellos como lilliputianos!' Se enfadó bastante. No pueden conmigo".
'Ashton: comunista'
A pesar de la oposición de los otros partidos, Farage se ha convertido en uno de los personajes más conocidos del PE por su talento para airear los trapos sucios de la Unión.'La Eurocámara tiene que ratificar a los que vayan a formar parte de la segunda Comisión Barroso. Tengo toda intención de joderles el día'.
"Son todos unos impresentables. Espera a ver lo que tengo preparado para las audiciones de enero", dice mientras frota sus manos con una sonrisa traviesa. "La Eurocámara tiene que ratificar a los que vayan a formar parte de la segunda Comisión Barroso. Tengo toda intención de joderles el día". Farage asegura que muchos de los comisarios propuestos tienen escándalos ocultos, pero dice que el caso más serio de todos es el de la baronesa Ashton, quién califica como la "rival más débil" y la que más merece ser eliminada, por el bien de la seguridad común.
"Hablamos de una persona que fue tesorera de la Campaña a favor del Desarmamiento Nuclear. Pues, fíjate, tenemos constancia que esa organización fue financiada por el Partido Comunista y la KGB. Ésta es la persona que va a estar a cargo de la seguridad exterior de la UE: una comunista".
'No soy el diablo'
Farage dice que, a pesar de las críticas que se le hacen, es "la mejor oposición que pudieran pedir. No soy un racista como Geert Wilders. Yo denuncio hechos reales. Denuncio a los criminales que nos intentan colar en la Comisión, y denuncio esta 'edad posdemocrática', bajo los que están en Bruselas pueden pasar del público y decir 'no nos fiamos de estos imbéciles, aquí sólo gobernamos nosotros'. Seguiré luchando hasta que derrote esta absurda institución".'Me intentan vincular a la extrema derecha pero los hechos hablan por sí mismo: la mitad de mi gabinete es o negro u homosexual'.
Ante los repetidos intentos de vincularle con la extrema derecha, Farage se defiende, señalando que su grupo europeo cuenta con "eurodiputados de todos los colores y ni un ultra; nos une sólo el rechazo del proyecto europeo".
"Me intentan vincular a la extrema derecha, con los fachas, con los xenófobos, pero los hechos hablan por sí mismo. Mi mujer es alemana, toda mi vida he trabajado para la banca francesa, he bebido más rioja que la mayoría de los hígados pudiesen soportar y la mitad de mi gabinete es o negro u homosexual... No soy el diablo. Yo sólo quiero que mis hijos puedan crecer en un país que sea suyo y vivir como parte de una Europa compuesta por Estados democráticos que cooperan juntos como buenos vecinos y no esta estructura centralizada".
"No soy antieuropeo", remata Farage. "Soy anti UE."
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/04/union_europea/1259954536.html
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