
Llevábamos años apoltronados cómodamente en la abundancia. La complacencia de una vida materialista, regida casi siempre por la ‘iniciativa individual’, había dejado a las demandas colectivas en peligro de extinción. Es ahora cuando el conformismo se torna reivindicación, es ahora cuando el individualismo evoluciona hacia la organización colectiva.
Con la inestabilidad financiera vivida en estos últimos meses y su afectación directa a la economía doméstica, internet se ha convertido en un hervidero de propuestas, algunas de las cuales ya están traspasando la frontera virtual para asentarse en la realidad presente (ver ‘Los puntos negros de la crisis’).
Destacar dos canciones aparecidas en las últimas semanas, donde se reivindica la libertad de Enric Duran y la apuesta por la información veraz del proyecto matriz. La primera ya publicada en este espacio (escuchar aquí), la segunda de un tal Rabasco (bajar aquí), atentos a la letra... Esperemos que el colectivo artista se apunte al cambio y no tarde demasiado.
Otra interesante propuesta, la dulce revolución, quiere compartir conocimientos sobre plantas medicinales y terapias naturales con el fin de redescubrir las joyas que la madre Naturaleza posee para curar dolencias y para dar salud. Y así alejarse un poco más del complejo farmacéutico (ver artículo relacionado).
El colectivo crisis sigue más activo que nunca, reuniéndose y preparando próximas acciones creativas y no violentas. Organizándose y consensuando estrategias a seguir en un futuro próximo. De momento quieren responder todas las peticiones de colaboración (que son muchas) y acabar de organizar las diferentes líneas de actuación.
Por eso ahora, más que nunca, tenemos la oportunidad de movilizar a la ciudadanía a favor de una reforma profunda del sistema financiero y de dar a luz propuestas para crear un mundo futuro más justo, más sostenible y más humano.
Por último, una propuesta original de banca ética: Error104…
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