martes, 28 de abril de 2009

PERO ¿DE VERAS ES NECESARIA LA BANCA?

Nuestro entrevistado, Maldito Hijo de Perra, sostiene abiertamente que todos los males que nos acogotan como humanos —incluidas todas las guerras habidas en el mundo— provienen, en última instancia, de la existencia de los bancos. Extraordinario, dado que en el mundo occidental los bancos son considerados como la base de toda evolución positiva, incluida la que va de los dinosaurios a los mamíferos superiores.

Á:—Don Maldito: Queremos preguntarle si es cierto que tiene la idea de eliminar la banca privada del horizonte de la vida de los españoles...

MHdP:—Sí, es correcto: hay que extirpar la banca como un cáncer antes de que nos mate a todos. Sepa que da más aceite exprimir una piedra que beneficios sociales un banco.

Á:—La verdad es que no vemos cómo puede evitarse la existencia de la banca. ¿Puede iluminarnos como el faro que es, señor Hijo de Perra?

MHdP:—Por supuesto. Hoy voy mostrarme exigente como un judío ultraortodoxo o como un fundamentalista musulmán, aunque lo que sea de verdad es más rojo que la bragueta de un alfarero. Y digo claramente: El préstamo con interés debe ser delito en el mundo entero. Ya está dicho. Delito. Y el que preste a cambio de interés, debe ser considerado un facineroso encarcelable y, según la cuantía, sumariamente pasable por las armas.

Á:—Es que entonces nadie le prestará un céntimo a nadie.

MHdP:—Mejor.

Á:—¿Mejor?

MHdP:—Sí. Cuando uno le presta a un familiar, a un hermano, a un hijo, pongamos por caso, no le exige interés a cambio. Ni siquiera el mínimo legal. Nada. A menos que se trate de un tacaño o de un auténtico cerdo. Bueno: pues el Estado debe comportarse con los españoles igual que un padre con sus hijos. Y debe prestar sin interés a los emprendedores. Pero no a los bancos, claro —esos no son emprendedores, sino ladrones—; debe prestarle a los empresarios y los particulares.

Á:—Pero habrá usted de luchar contras muchas ideas preestablecidas... Prejuicios, digamos. Díganos: ¿Para qué cree la gente que sirve un banco?

MHdP:—Depende del punto de vista... Si es el de un ahorrador: para poner en él los dineros cuando gana más de lo que gasta. Y que se los guarden. ¡Gran chorrada ésta! Porque va uno y se los guarda en un cajón. Y punto.

Á:—Bueno, o bien, para lo mismo, pero que además para que te paguen los del banco unos buenos intereses por ahorrar.

MHdP:—¿Y eso por qué? No diga nada. Se lo digo yo: Para intentar no perder poder adquisitivo de sus putos ahorros. Eso es todo. Y es tarea inútil. Apúntese entonces esto, muchacho: si no se perdiera poder adquisitivo, esa función de la retribución del ahorro sería innecesaria.

Á:—Vale: me lo apunto. Pero se admite generalmente que un banco tiene más funciones, ¿eh?

MHdP:—Lo sé. Otra, por ejemplo: administrar el sistema de pagos de las operaciones comerciales. Pero eso puede hacerse de manera automática a través del Banco de España.

Á:—Pero bien que habrá que utilizar un banco si eres alguien que necesita dinero...

MHdP:—¿Dinero? ¿Para qué? ¿Para que los ahorros de otros puedan aprovecharte tomándolos para tomar algún anticipo a cambio de un interés? O sea, ¿para que se forre el banquero madoffioso o sus accionistas, dejando a cambio a España más caída que las bragas de una puta? Mala pica estrenen, ojalá les destrocen el forrillo el culo en esta macro-crisis que han organizado. ¿O para comprarte algo, un bien o un servicio, a crédito? Qué sé yo: un coche o un piso o un implante de mamas. O sea, que en vez de ahorrar y luego comprar o ponerse las tetas de caucho, primero comprar y luego pagar mediante el ahorro forzoso. La gente mira a los bancos como pollos hipnotizados, sin ver que manejan el cuchillo del matarife.

Á:—La ventaja es que disfrutamos de los bienes desde el principio...

MHdP:—Y el inconveniente es que el precio del bien crece desorbitadamente y que estamos agarrados por los cojones durante todo el tiempo que debemos pasta. La libertad está antes que el consumo, coño.

Á:—Eso, en el caso de la subida de los pisos, está claro: gracias al crédito ilimitado... Pero piense en la libertad individual... Ya ve: el liberalismo considera que...

MHdP:—¡Una estafa, ese tipo de liberalismo! Es la libertad de unos pocos a cambio de la esclavitud de todos los demás.

Á:—Bueno, sigamos: hablaba de las supuestas utilidades de un banco.

MHdP:—Sí. Para qué se supone que sirve... Por ejemplo, el banco es un proveedor de dinero para hacer un negocio: o sea, tomo prestado a un interés bajo para hacerme con algo, algún bien, que me dará un interés alto. La cosa se llama crípticamente "apalancamiento", pero no es más que puta especulación. Puede eliminarse de la vida humana y las personas honradas no perderemos nada.

Á:—Hombre, don Maldito, no siempre se trata de especular...

MHdP:—De acuerdo: se refiere usted a utilizar el dinero ajeno para financiar inversiones. Como, por ejemplo, comprar maquinaria a crédito con la que producir bienes que luego se comercializan y permiten pagar lo fiado. Hay alternativas a eso, como pedir dinero a inversores y asociarlos a nuestro negocio dándoles acciones a cambio. Pero eso no lo hacemos porque queremos ganar más dinero, y no repartirlo a los que nos han aportado el capital... eso también es especular, de alguna manera. Pero es que siempre queda otra alternativa: debe ser el Estado el que conceda ese dinero necesario sin intereses de ninguna clase.

Á:—Me cuesta entenderle...

MHdP:—Normal. Está usted tan alienado que no concibe otra solución que lo establecido.

Á:—Es posible, no lo niego...

MHdP:—No debe haber más banco que el Estado, ni más dinero que el que éste imprime, que más alimenta el pan casero que el que cuece el panadero.

Á:—¡Eso es un atraso, según le diría cualquier acólito de economista!

MHdP:—Es que eso de que la inflación es el lubricante del progreso es una falacia. Si cada año se produce nuevo dinero y se presta con interés, esa deuda sólo puede pagarse fabricando más dinero el año siguiente. El dinero a crédito exige el crecimiento imparable del propio dinero, de la economía y de los precios. Y como eso no es posible, sobrevienen los ciclos económicos. En cambio, con la moneda nacionalizada, mejor aún, respaldada por el oro, sólo cabe una ligera deflación de alrededor del 1% anual.

Á:—Eso lo dice usted...

MHdP:—No señor: eso lo dice la Escuela Austriaca de Economía. El que no lo decía era Solbes, que el tío, aparte de ser más aburrido que un concierto de maracas, andaba siempre callado como cobrador de peaje.

Á:—¡Ah, perdone!

MHdP:—Nada, tranquilo. Ya sabe que más cura una dieta que diez recetas: sin más banco que el de España, constituido tras nacionalizar todas las cajas de ahorros; y prestando sin interés a los proyectos de inversión social y económicamente útiles, se producirá una ligera deflación de precios que hará innecesario retribuir interés por el dinero ahorrado. Y el que quiera ganar más, que compre acciones de empresas. Por cierto: las empresas deben ser sólo productivas, nunca especulativas. Los chorizos, como las morcillas, deben estar colgados de un gancho en las charcuterías...

Á:—De todos modos, no parece que el sonriente Zapatero vaya a ir por ahí...

MHdP:—Zapatero es un cantinflas sin más mérito que mostrarse siempre más amigable que un perro de terminal de autobuses. Pero ni tiene palabra ni tiene ideas. Y su último gobierno es la demostración de que se prepara para lo peor, para que lo echemos a patadas; y quiere implicar en el fracaso al aparatchik del partido entero. ¿Se imagina usted a Chaves, Presidente del PSOE, que acaba de cobrar para Andalucía la "deuda histórica" del Estado, negándosela a los catalanes o a los valencianos? Oiga, es para cagarse el puro que le ha soltado el payaso de la Moncloa. ¡Menudo cabronazo con pintas en el lomo!

Á:—Hombre, don Maldito, no hable así de nuestro Presidente. Permítame que, imitándole, le diga que más apaga una buena palabra que un caldero de agua...

MHdP:—Eso es verdad. Pero también lo es que más vale un buen garrote que cien novenas a San Judas.

Á:—Ese refrán no rima...

MHdP:—No, no rima. Pero es verdad... ¡Que nuestra nación, España, empieza a estar ya más cagada que el periódico de la jaula del loro, y este hijo de puta no se da por aludido; y no se va a dar hasta que lo colguemos por el prepucio de una farola de la Castellana...!

Á:—Pues muchas gracias por sus palabras, don Maldito. Buenos días.

MHdP:—¿Buenos días? ¡No me joda!


ÁCRATAS

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