jueves, 16 de abril de 2009

NICOLÁS SARKOZY: "ZAPATERO ES TONTO"

Sarko, descojonándose ante una ocurrencia de Zapatero

"Zapatero es tonto". En lenguaje no mucho más impreciso, y con idéntico significado, lo ha soltado —en una comida con senadores y diputados franceses para presentar y discutir los resultados del G20— Nicolás Sarkozy, que es seguramente el líder más brillante y carismático, más aún que Obama, del elenco político mundial en todo lo que va de siglo XXI. “Quizá Zapatero sea poco inteligente, pero gana elecciones”...

Los españoles, que somos anti-gabachos a muerte, como buenos papistas y como verduzcos envidiosos del humanismo, la cultura y la grandeur de los franceses, dignos hijos aún de su Revolución de 1789, protestaremos enérgicamente por las palabras de Sarkozy —a quien, dicho sea de paso, no le vamos a perdonar nunca que liberase personalmente a las cuatro azafatas españolas retenidas en el Chad, en noviembre de 2007, ¡antes violadas y lapidadas ellas que ridiculizados nosotros por un tenorio francés!—. A fin de cuentas, más de diez millones de españoles han votado a Zapatero por segunda vez, aunque sabían, no ya que era tonto de remate, cosa que nos nos importa demasiado que sea un Presidente de Gobierno de España —cuanto peor, mejor—, sino que tenía más peligro que un tiroteo en un ascensor, que era un indocumentado, un mentiroso y encima, un tiparraco deshonesto. ¡Pero es que esa es la esencia del español medio! ¡Nunca un Presidente ha sido ni será más representativo del pueblo cuyos destinos conduce!

Es en España, este país de cristos crucificados, fútbol, toros y pescaítos con cañas, donde se ha gritado sin rubor: “¡Muera la inteligencia!”(1) sin que a nadie se le haya movido un pelo de la cabeza. Y eso pasa porque el propio pueblo español es ignorante, embustero, desvergonzado y más asustadizo que un picado de culebra. Por lo tanto, a pesar de la crisis económica que despuntó ya en abril de 2007, bastó con que dos días antes de las elecciones de 2008 la ETA le pegara cinco tiros en la cabeza a un ex-concejal socialista para que todos los españoles, que tienen en las venas menos sangre que la compresa de una muñeca, corrieran a prorrogar el empleo de este soplagaitas que negaba la crisis que ya todos sentíamos y nos prometía la felicidad permanente sin más sostén que su buenismo falso y su voluntarismo barato. Y, aunque todos sabíamos que votar a este calamar con mofletes era más arriesgado que pedarse en una crisis gastroenterítica, que lo que nos convenía, en estos momentos de inminente penuria, era haber tenido otra vez a la derechona en el poder(2), nos suicidamos colectivamente y enfilamos el camino de nuestra inexorable ruina personal, familiar y social, porque somos, no lo olvidemos nunca, los avalistas de este artista del trapecio.

No nos rasguemos las vestiduras, que no es cosa de Sarkozy. Es un hecho conocido en el mundo entero: aunque el PSOE, atónito por haber ganado ya dos elecciones con este burro cojo al frente, lo lleve más en volandas que un abuelo a un primer nieto, Zapatero es, en realidad, un cantinflas medio deficiente con el cerebro más atascado que el retrete de un okupa: de ahí su mal uso de la lengua española, sus esdrújulos atentados a la fonética castellana, su falta de vocabulario y de capacidad para hacerse entender, su ausencia de reflejos, y todo ese cúmulo de majaderías, de antojos de preñada de mellizos, de atropellos y trivialidades con que nos ha regalado, y que pueden llenar un libro: este imbécil, idóneo para su cargo como un bizco para armar bombas, empezó por no levantarse en un desfile de fuerzas armadas al paso de la bandera de otro país (imperdonable, bajo ningún pretexto) y ha acabado, por ahora, aleccionando al mundo sobre lo que es un sistema financiero sólido, refiriéndose al español —¡el mismo sistema financiero que debe todo un PIB a la banca europea y, como no sabe de dónde sacarlo, ha tenido los cojonazos de paralizar el tejido industrial y comercial español entero!—, han sido cinco años de despropósitos, improvisaciones y gracias que nos van a costar carísimas en dinero contante y sonante, en desempleo y en penurias de todo tipo... ¡Será manirroto el españolito medio que lo votó! ¡Cuánto dinero le sobra al muy roqueféler!

Por todo lo anteriormente expuesto, también yo voy a protestar ante Sarkozy, pero no como el resto de españoles... Le voy a pedir explicaciones formales: ¿A qué viene, señor Presidente de la República Francesa, esa imprecisión en el lenguaje? ¿A qué viene ese absurdo “quizá”? Hable usted con la verdad lisa y llana. Diga: “Zapatero tiene menos cerebro que una ameba. Por eso gana elecciones en España.”


MALDITO HIJO DE PERRA


NOTA DEL EDITOR: (1) General Millán Astray, 12 de octubre de 1936, en Salamanca. Ese día se jugó la vida Unamuno en defensa de la racionalidad, en el Paraninfo de la Universidad, a pesar de ser el autor de la estúpida frase “Que inventen ellos”.

(2) Si queréis saber lo que nos hubiera esperado con la derechona en el poder, era esto:

Agenda Nacional de Reformas de José María Aznar, de ayer mismo. Propone:
  1. La austeridad y el recorte del gasto público.
  2. La contención del empleo público.
  3. La racionalización y reestructuración del modelo autonómico.
  4. Las rebajas de los impuestos.
  5. Una nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas, sobre todo en el ámbito autonómico y local.
  6. La recuperación de la unidad del mercado nacional.
  7. La apertura comercial.
  8. Las nuevas liberalizaciones en los mercados de los servicios.
  9. Mayor competencia en todos los mercados.
  10. Una nueva y profunda reforma laboral.
  11. Reformas para mejorar la eficiencia y reducir el coste del sistema educativo.
  12. Reformas para mejorar la calidad de los sevicios del Estado como supervisor.
  13. Reformas en la regulación financiera para reforzar la transparencia y penalizar la falta de honradez empresarial.
  14. Un esfuerzo en la capacidad energética: nucleares, sí, por favor.

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