domingo, 3 de enero de 2010

Ya son varios los pasajeros del vuelo 253 a Detroit que lo dicen: “Las autoridades mienten sobre lo que realmente pasó"

Ya se han presentado otros pasajeros del vuelo 253 a Detroit en defensa del matrimonio de abogados, Kurt y Lori Haskell, que viajaban en el avión y que declaran que el joven de “los calzoncillos bomba”, actuaba con por lo menos dos cómplices. La versión de los acontecimientos que dan las autoridades y los medios corporativos contradicen la de los Haskell y ahora la de otros de sus compañeros de viaje.








Lo siguiente es la entrevista que el abogado de Detroit Kurt Haskell, dio en un programa de radio de la cadena MLive, de Detroit.




“Hoy, en la tranquilidad de mi casa, estoy mucho más asustado que estaba en el momento del ataque. Porque hoy me he dado cuenta de que mi país, me está mintiendo, a mi, a todos mis conciudadanos, y a todo el mundo. Desde que me bajé del vuelo 253, no he dejado de repetir lo que vi en la sala de embarque del aeropuerto de Ámsterdam, en el avión, y en el puesto de Aduanas del aeropuerto de Detroit.




Comencemos desde el principio, en la sala de embarque de Ámsterdam. Mientras mi mujer, nuestra hija y yo esperábamos embarcar en el avión echamos una partida de póquer. Estábamos sentados en el suelo, al lado del mostrador de bordaje, porque no hubo asientos libres. Apareció el joven Abdulmutallab, con un aspecto de pobre, acompañado por un hombre hindú de unos cincuenta años de edad, muy bien vestido en un traje algo parecido a la toga que llevaría un juez. La pareja nos llamó la atención a mí y a mi esposa, por parecernos algo rara. Se presentaron en el mostrador y el hombre hindú dijo a la azafata que el joven necesitaba volar pero que no tenía pasaporte. La azafata respondió que si no tiene pasaporte no puede volar. Entonces el hombre la dijo, “es un refugiado sudanés. Esto lo hacemos siempre.” La azafata respondió que tendrían que hablar con los agentes de seguridad y les acompaño hasta una puerta al otro lado del mostrador. Entonces abordamos el avión y no volvimos a ver al joven Abdulmutallab hasta que se prendió fuego en el avión sobre Detroit.




Ahora sabemos que Abdulmutallab consiguió penetrar los controles de pasaporte y tarjeta de embarque hasta embarcar en un avión sin ningún documento requerido. Y sabemos que no lo consiguió solo sino con la ayuda de cómplices.




Estamos hablando de un hombre que ya estaba fichado en las listas negras estadounidenses. Además, el padre y las autoridades de Nigeria habían alertado a las autoridades de EE.UU. sobre los planes del joven. Y el joven acababa de obtenerse una bomba en Yemen que llevaba encima a través de varios aeropuertos sin ser detectado.




Lo que está claro es que Abdulmutallab sí tiene pasaporte. Pero no lo quiso usar porque hubiera hecho soltar la alarma. Pero eso no importaba porque tenía ayuda para volar sin siquiera tener que presentar un pasaporte a nadie.




¿Por qué no revelan los vídeos de la sala de embarque de Ámsterdam? Así podrían demostrar que mi testimonio es falso y se acabó. Pues no lo hacen porque mi testimonio es cierto. Si el vídeo desmentía mis declaraciones seguramente ya lo hubiera visto el mundo entero. Pero, en lugar de soltar el vídeo nos dicen que el vídeo ha sido analizado y confirma que el terrorista sí presentó su pasaporte.




Durante todo el vuelo había un hombre, también hindú, sentado al otro lado del pasillo de nosotros que cada dos por tres grababa con una cámara digital a la parte delantera del avión donde estaba sentado Abdulmutallab. (No sabíamos que Abdulmutallab estaba abordo hasta después del incendio cuando lo reconocimos). Y cuando Abdulmutallab se prendió fuego, el hombre con la cámara ya estaba de pie grabándolo todo. A llegar a Detroit, este hombre abandonó el avión y desapareció porque nunca se volvió a ver.




A la llegada a Detroit, las cosas fueron de mal en peor. En concreto: Una hora después de haber bajado del avión, llegaron perros adiestrados rastreadores de explosivos. Hasta ese momento, todos los pasajeros del vuelo 253 permanecimos de pie, con nuestros equipajes de mano, en una parte evacuada de la sala de recogida de maletas. Cuando llegaron los perros rastreadores uno de ellos rápidamente localizó algo en la maleta de un hombre de unos treinta años de edad, también hindú, vestido de color naranja, él estaba todo el rato a seis o siete metros de mí. Inmediatamente le llevaron a un cuarto colindante a ser interrogado. Seguidamente volvieron a salir del cuarto y se fueron con el hombre esposado. Entonces un agente del FBI se acercó a los pasajeros y nos dijo lo siguiente, "Todos están siendo trasladados a otra zona porque esta zona no es segura. Sé que han visto lo que acaba de pasar (en referencia al hombre en naranja) y son lo suficientemente inteligentes como para leer entre líneas y darse cuenta”. Su comentario no me parecía en absoluto profesional pero por lo menos el agente era sincero. Entonces nos trasladaron de la sala de reclamo de equipaje por un largo pasillo hasta otra sala.




Durante todo este período de tiempo, desde aterrizar hasta por fin pasar por Aduanas, seis horas en total, ninguna persona que no fuese o personal del FBI o un pasajero del vuelo 253 se permitía en toda la zona acordonada de la terminal. Nunca hizo contacto nadie con nadie. Los agentes de la FBI no nos permitían ni siquiera ir al baño a menos que fuese solo y acompañado por un agente. No nos permitían comer o beber, llamar por el móvil ni siquiera enviar un texto.




Llevo ya cinco días repitiendo lo mismo y la FBI sigue contradiciéndome a mí y a mi mujer e hija, insistiendo en que el único hombre detenido por lo sucedido ha sido el joven Abdulmutallab. Sin embargo, en los últimos días, varios otros pasajeros del vuelo se han presentado para corroborar mi reclamo y ejercer presión sobre el FBI y Aduanas a que digan la verdad.




A primeras horas de hoy, he oído de dos periodistas que o el FBI o Aduanas admite que hubo otro hombre “confinado”, por razones de inmigración, además de manera indefinida. Dicen “confinado” en lugar de detenido porque llevábamos cinco días diciendo que hubo un hombre detenido. Así que ha sido mi culpa por usar la palabra detenido en lugar de confinado. Un truco semántico muy lindo por parte del FBI.




Una pregunta, ¿Fue el hombre detenido, perdón “confinado”, porque no tenía pasaporte? Pues no está claro, porque unas horas más tarde, Aduanas cambió su historia de nuevo. Esta vez, el Sr. Ron Smith de Aduanas dijo que sí, efectivamente el hombre fue detenido. Pero, aquí otro truco, la noticia que dio a la prensa es que iba en otro avión. El Sr. Ron Smith está tomando a mí y a todo el público estadounidense por tontos. Echemos un vistazo a la historia que cuentan. (Después de que ya la han cambiado dos veces, así que esta ya es su tercera versión.




Para que la historia sea verídica, usted tiene que creer, que los agentes del FBI y la Aduana permitiesen a los pasajeros de otro vuelo mezclarse con los pasajeros del vuelo 253, mientras que la investigación más importante de los últimos años estaba pendiente. Ya he dicho que no nos dejaron ni ir al baño y que en ningún momento nadie entró ni nadie salió del grupo. Es decir, estábamos detenidos, prohibidos de beber, comer, llamar por teléfono, etcétera. Sin embargo, dejaron entrar inadvertido a otro pasajero u otros pasajeros de otro vuelo u otros vuelos.




Y esto lo tienes que creer a pesar de que los pasajeros de todos los demás vuelos ni siquiera fueron permitidos a bajar de los aviones durante por lo menos la primera hora de nuestra detención, es decir hasta después de que ya habían llevado esposado al hombre.




Tienes que creer que el hombre que entró en las dependencias de Aduanas conmigo y el resto del grupo y que permanecía a seis metros de mi todo el tiempo, pues habría salido de algún avión misterioso, que nunca aterrizó y nunca dejó desembarcar a sus pasajeros. Pero, él sí logró colarse en nuestro grupo absolutamente controlado y restringido.




Quisiera animar al Sr. Ron Smith, a un debate conmigo en cualquier momento y en cualquier lugar, que sea EN PÚBLICO, para que el pueblo estadounidense vea lo que es creíble y lo que no lo es.




¿No sería lo siguiente la historia más plausible?




1. Los agentes del FBI y Aduanas se dieron cuenta de que metieron la pata y no quieren admitir que habían obligado a más de 200 pasajeros a permanecer en un avión con un hombre con una bomba durante 20 minutos y después en las dependencias de Aduanas durante otra hora evidentemente, el hombre detenido apunta a que el joven Abdulmutallab no actuaba solo y no conviene a las fuerzas del orden que el público lo sepa. Por la razón de “Seguridad de Estado” que sea.




Recomendaría al estimado Sr. Smith, que la versión número 4 sea por lo menos más creíble, si no más posible.

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