lunes, 25 de enero de 2010

Boicot de dos políticos españoles a la investigación sobre la OMS

Al acto de ética y coherencia llevado a cabo por el ex parlamentario socialdemócrata  alemán Wolfgang Wodarg le están saliendo sus bombarderos, algunos incluso en sus filas “ideológicas”. Esta semana se debate la moción presentada por el germano sobre la gestión realizada por la Organización Mundial de la salud (OMS) de la “pandemia” de gripe y las relaciones de esta con la industria farmacéutica. Dicho debate está contando con el boicot de dos parlamentarios españoles, Fátima Aburto, del PSOE, y Agustín Conde, del PP, que habían firmado el texto inicial y que ahora se desmarcan del mismo porque lo consideran “demasiado duro“.
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Wolfgang Wodarg
¿Demasiado duro? Creo que cualquier adjetivo se queda corto para definir lo que está siendo el mayor escándalo de salud, sanitario y de la medicina de la historia humana. Como publica El País refiriéndose al texto de Wodarg,
“las compañías farmacéuticas han influido en los científicos y en las agencias oficiales, responsables de la salud pública, para alarmar a los gobiernos de todo el mundo y promover sus medicamentos y vacunas patentados contra la gripe. Les han hecho desperdiciar los escasos recursos en ineficaces estrategias de vacunación y han expuesto innecesariamente a millones de personas sanas a los riesgos secundarios desconocidos de unas vacunas insuficientemente probadas”.
Pero a estos dos parlamentarios lo que les parece duro es el texto y no la escandalosa realidad que han cocinado entre la mayor institución sanitaria pública del mundo y la que pasa por ser una de las industrias más potentes desde el punto de vista económico y con menos ética (y eso que padecemos unas cuantas similares que compiten en falta de escrúpulos). Los expertos citados por la Agencia Efe calculan que los laboratorios han ganado 7.000 millones con la gripe.
Escribo sobre un boicot porque estos dos políticos -uno de ellos socialdemócrata para más inri, del “mismo” sello ideológico que el honesto Wolfgang Wodarg- forman parte de un grupo de sólo trece personas en la asamblea del Consejo que ha aprobado la moción citada. Aburto, que es vicepresidenta de la Comisión de Sanidad del Congreso, dice a El País que el texto ahora no se corresponde con su intención, pese a que ha votado de manera favorable al mismo. Ella quería que
“se hiciera una auditoría, para que se corrija si algo se hizo mal, pero con la idea más bien de fortalecer a la OMS“.
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Fátima Aburto
Una auditoría es la propuesta que comienza a escucharse de boca de aquellos que tienen ¿miedo? a que la OMS quede en evidencia y que se descubra el verdadero control que ejercen muchos laboratorios sobre las decisiones más importantes sobre nuestra salud. Lo que se necesita es una investigación independiente a fondo, sin miedos ni tapujos, y depurar las responsabilidades de quien sea, ministros y consejeros de Sanidad -del partido que los ampare, por supuesto- incluidos. Entre otros motivos porque la credibilidad de la OMS ha quedado por los suelos y como explica otro de los que abogan por “auditorías” y porque el papel de la OMS ha sido el correcto cuando haya una pandemia de verdad no lo creeremos y las consecuencias serán enormes.
Aburto incluso se queda tan tranquila, esto no debe de parecerle demasiado duro, afirmando:
Es evidente que las empresas presionan“, pero eso es “incluso legítimo; otra cosa es lo que el político decida”.
Primero reconoce que las empresas presionan, hacen lobby de manera cotidiana en las altas instituciones públicas sanitarias y políticas; luego le parece “legítimo”, normal, que haya empresas cuyos lobbistas no han sido elegidos democráticamente que presionen a los políticos que se sopone que están para defender los intereses de los ciudadanos que les han votado; y por último, insinúa que el político no se deja presionar. Bueno, pues ella primero apoya una decisión que podría beneficiarnos a todos los ciudadanos y luego se arrepiente beneficiando claramente al sector industrial y a la institución sospechosa que están en el corazón del debate. Y esta persona es la vicepresidenta de la Comisión de Sanidad del Congreso, miedo me da como sus decisiones estén tomadas con la misma clarividencia.
Mañana más pues este nauseabundo culebrón de intereses creados, de conflictos de interés y corrupción, de lobby y políticos que actúan como visitadores médicos de los grandes laboratorios o como agentes comerciales de los sectores económicos más poderosos, no tiene fin a corto plazo. Y vendrán más. Salvador Masip -Doctor en genética molecular- dixit:
Aparecerán nuevos virus y pandemias. El sida costará mucho eliminarlo porque es un virus que va cambiando constantemente; seguiremos viendo brotes de Ébola, malaria y el regreso de enfermedades como la tuberculosis: la OMS ha dicho que la tuberculosis será uno de los problemas sanitarios por la aparición de bacterias resistentes. El peligro es que la tuberculosis resistente se convierta en una pandemia generalizada y no podamos pararla, como sucedió en el siglo XIX.

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