viernes, 7 de agosto de 2009

MANSOS, CAMINO DEL DESOLLADERO


Cuando era pequeño, sentía ya verdadera fascinación por los malditos, los perseguidos, los tipos que se enfrentaban al mundo en un pulso que sabían que habrían de perder a la larga. Simpatizaba con aquellos que habían sentido el hedor y tenían los arrestos de echarse al camino. Pero ahora vamos a pensarlo en frío, ácratas: las virtudes y hazañas del pueblo español han sido siempre virtudes y hazañas de individualistas, al final siempre rendidos a la deriva lógica de los hechos. Incluso en su violencia han sido siempre como el escorpión rodeado de hormigas. No ha habido movimientos colectivos que representaran con fuerza las demandas de la sociedad civil. No ha habido sociedad civil. No la hay. Y así la batalla queda siempre en unas manos que tarde o temprano van a ser cercenadas.

¿Cunde, ha cundido alguna vez el ejemplo de los románticos? La sociedad española se ha mostrado siempre demasiado cobarde. Y sigue dando muestras de miseria moral, de sumisión crónica. Sinceramente, si el pueblo español, como conjunto, valiera algo más que una mierda, estaban ardiendo a primera hora de mañana la mitad de las sucursales bancarias de este cortijo. Aquí se ha demonizado a todo dios menos a los bancos y a la casta política que les sigue el juego, de forma que nadie, nadie les llama por su nombre en los medios de comunicación; nadie dice que son un hatajo de ladrones. Porque eso es lo que son. Si algún nuevo visitante se cae por aquí, que sepa:

1. Que el Estado español abandona a sus súbditos a su suerte ante la Banca tolerando los intereses más altos de la UE.

2. Que en materia de vivienda (y consumo) estos intereses son de tipo variable, frente al fijo, mayoritario en el resto de países de la UE.

3. Que en pocos sitios sale más caro pedir una hipoteca que en España.

4. Que la Banca española ha perdido dinero en especulaciones financieras de alto riesgo y el Estado, sumiso, servil, felador, ha acudido en su ayuda taponándole los agujeros con fondos públicos, es decir, con una parte de su dinero, amigo.

5. Que a pesar de eso, la Banca no ha hecho otra cosa que lloriquear (por supuesto con la connivencia de la peor plaga que ha asolado este país: los periodistas) exigiéndole al Estado mano dura en sus medidas contra la morosidad.

6. Que los intereses hipotecarios han subido considerablemente en los últimos años, de forma que el endeudamiento ciudadano ha terminado alcanzando cotas históricas.
7. Que para afrontar esta crisis, originada en la Banca, es la propia Banca quien propone las soluciones (especialmente en España, donde tiene más poder que casi en ningún otro sitio).
8. Que esas soluciones pasan por abaratar un despido que ya de por sí es barato (hace falta conocer un poco de lo que se cuece por otros lares para poder comparar), así como (siguiendo las directrices europeas) por incrementar el horario laboral.

9. Que sigue siendo el Estado español uno de los menores inversores en políticas sociales de Europa. ¡Ni puto caso al fantasma de ZP, que se jacta de sus medidas en materia social! Repito: el Estado español invierte menos que casi nadie en la UE en políticas sociales (incluido, por supuesto, nuestro deficiente sistema educativo).

10. Que mientras todo se va al carajo, las televisiones, radios y demás casas de opio se dedican sistemáticamente a desviar la atención ciudadana con una superoferta de mierda enlatada.

11. Y que, según el informe "Protección Social en la Unión Europea", difundido el pasado mes de agosto del 2008 por la Oficina comunitaria de Estadísticas (Eurostat), el Estado español destina un 20% del PIB al gasto social mientras que la media comunitaria se sitúa en el 27,3%. De entre los estados de la UE-15 sólo Irlanda emplea menos recursos, pues incluso los que cuentan son un nivel de renta per cápita nítidamente inferior al español, Portugal y Grecia, utilizan un 24,9% y un 26% de su PIB, respectivamente.

Hay que joderse.

EL LOBO ESTEPARIO

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