jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Son realmente independientes las agencias reguladoras de fármacos y alimentos?

… hoy la gente de la calle se pregunta frecuentemente… de quién es legalmente la responsabilidad cuando un medicamento que se comercializa con el permiso de las autoridades causa inesperados efectos secundarios negativos no previstos en el prospecto. ¿De las autoridades sanitarias por no haber exigido más pruebas…? ¿De la compañía farmacéutica…? ¿De quienes los distribuyen y venden? ¿De los responsables de las agencias reguladoras? Y lo que es igualmente importante: ¿el control que se ejerce sobre los fármacos es realmente eficaz por parte los principales organismos internacionales? Pues teniendo en cuenta que la entidad de referencia a nivel mundial es la FDA nos tememos que NO. En realidad nadie asume hoy responsabilidades… La FDA toma sus decisiones a menudo basándose simplemente en los documentos que le proporciona ¡la propia industria! para decidir si un producto puede o no comercializarse, ya que ¡carece de capacidad para verificar de manera independiente lo que afirman los laboratorios!
… por increíble que parezca en Estados Unidos es legal que un laboratorio pague a la FDA para que esta revise lo antes posible la documentación referente al medicamento que quieren comercializar. Vamos, para que acelere en realidad el proceso de legalización. de hecho -está publicado y no ha sido desmentido por la patronal farmacéutica- que el 70% de los ingresos actuales de la FDA procede ya de tales pagos…
… ¿Y qué decir de la Agencia Europea del Medicamento (EMEA)? Esta se vio obligada a aconsejar en octubre de 2008 -sirva como mero ejemplo de su credibilidad y diligencia- que se suspendiera la comercialización de Acomplia, un preparado contra el sobrepeso cuyo principio activo era rimonabant y fabricaba Sanofi Aventis. Sencillamente, no era seguro. Algo que sin embargo ya sabía cuando lo aprobó en junio de 2006, porque de hecho ni la FDA se había atrevido a hacerlo. Luego ¿por qué dio la EMEA vía libre a su comercialización? ¿Fallaron acaso sus mecanismos de control? ¿O más bien esos mecanismos fueron debidamente “engrasados”… como ha pasado ya tantas otras veces? Porque basta entrar en la sección de Alertas de la sección de Farmacovigilancia Humana de www.agemed.es -la web de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS)- para comprobar que la retirada de fármacos que han estado a la venta ¡durante años! crece sin parar…
… en Gran Bretaña el Accomplia había causado en dos años al menos 5 muertes y 720 reacciones graves. “En Estados Unidos… no se aprobó su venta porque un panel de expertos rechazó hacerlo el año pasado al entender que también puede inducir al suicidio, algo reconocido por la agencia reguladora de medicamentos y productos sanitarios británica, que en su propia web admite que hasta el mes de mayo de este año hubo al menos un suicidio y otros dos intentos de quitarse la vida. A pesar de lo cual en Europa se sigue vergonzosamente vendiendo. Es más, algunos médicos estúpidos lo recomiendan también para dejar de fumar, aunque no ha demostrado jamás servir para eso y, por tanto, nunca ha sido aprobado para tal uso. Según la multinacional fabricante el fármaco bloquea algunos receptores del cerebro para que quien lo consuma tenga así “sensación de saciedad”. Como si bloquear parte del funcionamiento del cerebro pudiera ser alguna vez inocuo. ¿Cuándo se darán cuenta los médicos de que las farmacéuticas llevan años lavándoles el cerebro y vendiéndoles remedios no ya inútiles, sino habitualmente peligrosos? ¿Cuándo entenderán que violentar los mecanismos naturales del organismo no puede ser NUNCA la solución a un problema de salud?
¿Y por qué la EMEA lo aprobó? Pues porque al igual que la FDA tampoco realiza estudios independientes antes de conceder la licencia de comercialización a un medicamento. se limita a recoger la información que le envían los laboratorios y a “comprobar” que esta es “correcta”… Algo que es legal, pues así lo contemplan las normas de funcionamiento de esa institución pública europea que resulta que ¡no depende de la Dirección General de Salud de la Comisión Europea, sino de la de Comercio! Es obvio pues el enfoque comercial de ese organismo. Y eso que es ¡del que depende en buena medida la salud de cientos de millones de europeos!
NOTA: No hemos reproducido entero el artículo, pues no tenemos los derechos ni la autorización. Así que para leer los artículos enteros tendréis que comprar la revista. Es cara, pero vale la pena, os lo garantizamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario