jueves, 17 de junio de 2010

El poliburka

 

(Un artículo de Mikel Arizaleta).- He paseado al atardecer y de mañana por ciudades y naciones, por mi ciudad y por pueblos vecinos, y muy rara vez (quizá nunca) tropecé con una mujer con burka afgano. ¿Existen realmente, ha visto alguien el burka entre nosotros, en nuestro pueblo o ciudad? ¿O es bulo creado, pasatiempos de ediles desnortados y ociosos, mueca de coacción y desprecio? ¿Acaso lección nueva de vieja inquisición española?


Sí he visto a monjas con sayos encerradas de por vida entre muros de conventos; a obispos y curas revestidos con capisayos, bonete y báculo en iglesias y calles, a curas obligados a castidad por voto y ley, a jueces, reyes, reinas, maceros vestidos de carnaval y Edad Media presidir paradas, dictar sentencias, encabezar acontecimientos públicos importantes…, y sobre todo he visto y veo en muchos pueblos y ciudades del mundo, fuera y en casa, defendiendo al poder y acorralando al crítico, apoyando a los pocos y atacando a los muchos a poliburkas, embozados sin costura, con escafandras de muerte, negros apistolados, buzos oscuros de una pieza, gente toda ella opaca revestida de autoridad, burkas vigilantes del poder, brazo de alcaldes, de ediles, de jueces, de banqueros, de reyes y reinas… disparar contra la gente de la cercanía, contra reivindicantes de la ecología, del reparto de riqueza, de humanidad sin fronteras, les he visto golpear desde el blindaje, desde el cristal tintado a diestra y siniestra, romper huesos, quebrar esperanzas, dejar a gente inerte en el suelo… Y me pregunto, ¿por qué ayuntamientos y ediles prohíben burkas afganos y aplauden y sientan en su mesa a poliburkas, que tanto proliferan en nuestros días?

No hay comentarios:

Publicar un comentario