martes, 6 de abril de 2010

El Sol ha comenzado a enfurecerse, su despertar no presagia nada bueno



El pasado lunes, el telescopio espacial 'Tesis' registró la mayor tormenta geomagnética desde octubre de 2008. La tormenta solar alcanzó el nivel 7 en una escala de 10, el máximo histórico del último año y medio. Su fase activa se prolongó de las 10.00 a las 19.00 horas. "No se han producido fluctuaciones de tal magnitud durante 540 días, desde el 11 de octubre de 2008", aseguran los técnicos. Una gran actividad solar no presagia nada bueno en un mundo absolutamente dependiente de la tecnología.

El primer aviso de que el Sol había comenzado a enfurecerse se produjo el pasado enero, cuando el observatorio espacial ruso "Tesis" registró la mayor llamarada de los últimos dos años y medio, según informó el Instituto de Física «Lebedev». El fenómeno duró casi dos horas. Esta fue la mayor explosión, pero no la única: los equipos de medición de Tesis registraron un máximo histórico de llamaradas solares, la cifra más alta de los últimos cinco años y equiparable al total de explosiones solares que se observaron en 2009.

En principio, las tormentas geomagnéticas tan poderosas pueden influir en sistemas globales del suministro energético, así como provocar cortes en el trabajo de satélites de navegación y emisiones de radio. Por ahora, se desconoce si esta vez se registraron percances similares.

Actividad solar de hoy 06 de Abril del 2010.

Actividad solar desde 1996 hasta 2006.

¿Es peligroso que el Sol haya despertado?

Después de un período de tranquilidad que comenzó a principios de 2008, nuestra estrella se ha despertado de su letargo y ha comenzado una fase de actividad con picos jamás conocidos hasta la fecha. Los científicos advierten de que estos movimientos en el astro rey no presagian nada bueno para un mundo cada vez más dependiente de la navegación por satélite. Las explosiones solares continuadas podrían originar impredecibles errores en los instrumentos que hemos enviado ahí arriba para guiar nuestras actividades, y de los que depende en gran medida nuestro desarrollo tecnológico, al menos tal y como está planteado hoy día. Quizás un pequeño error en el GPS de un coche no suponga grandes molestias para el conductor que busca una dirección determinada, pero las operaciones militares, la navegación y la topografía en todo el mundo requieren de una extraordinaria precisión.

Las explosiones solares se dividen en cinco categorías según su intensidad, de menor a mayor: A, B, C, M y X. La A 00 equivale a una radiación de 10 nanovatios por metro cuadrado en la órbita terrestre, valor que se duplica en cada nivel siguiente. En concreto, dieciocho de estas llamaradas eran de la «clase C» y otras cuatro, aún más poderosas, de la «clase M». En 2003 el Sol entraba en pleno auge del anterior ciclo solar, con llamaradas de más de un millón de nanovatios, lo que equivale a la altísima clase X.17, pero entonces, el sistema de guiado por satélite era apenas un producto de consumo.

Actividad solar registrada en la superficie solar durante el día de hoy.

Científicos advierten que estos movimientos en el Sol no presagian nada bueno para un mundo cada vez más dependiente de la navegación por satélite.

Las erupciones solares, que son exhalaciones de la energía magnética de la superficie del Sol, dispersan la radiación en el espectro electromagnético. Estas oleadas pueden hacer que los receptores sean incapaces de recoger las débiles señales de los satélites. Hay poco que la tecnología actual pueda hacer para mitigar ese problema, con la excepción del complejo de antenas direccionales utilizado en las operaciones militares. Si el Sol aumenta su actividad, los receptores de navegación por satélite pueden verse cegados durante varios minutos, probablemente un par de veces al año cuando el ciclo de actividad alcance su pico.

Para un ciudadano normal puede resultar una molestia, pero en algunos sectores las consecuencias pueden ser terribles. Aún más, «es posible que durante algunas horas o incluso un día o dos no se puedan realizar labores topográficas o que sea imposible acoplar un tanque de petróleo en las profundidades del océano», asegura a la BBC Bob Cockshott, director de sistemas digitales de Knowledge Transfer Network, una organización británica para el desarrollo de nuevas tecnologías. De igual forma, es fácil imaginar las consecuencias a la hora de que un barco atraque en un puerto y los problemas pueden poner en jaque el proyecto de que los aviones comeriales incorporen esta tecnología.

Fuente: Abc.es

Llamaradas solares registradas hoy.

El primer aviso de que el Sol había comenzado a enfurecerse se produjo el pasado mes de enero.

Quantum opina:

los rusos indican que la tormenta de ayer fue totalmente "inesperada", ya que ninguno de los principales centros de investigación mundiales pronosticaba la víspera un cambio tan drástico en el estado de la magnetosfera. La tormenta es la última de una serie de avisos. Después de un período de tranquilidad que comenzó a principios de 2008, el 22 de enero, Tesis registró un máximo histórico de llamaradas solares, la cifra más alta de los últimos cinco años y equiparale al total de explosiones solares que se observaron en 2009. Los científicos advierten de que estos movimientos no presagian nada bueno para un mundo para vez más dependiente de la navegación por satélite.

Un informe financiado por la NASA y publicado por la Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) hace más de un año ya advertía de que si el actual ciclo solar es la mitad de violento de lo que se espera puede provocar una catástrofe sin precedentes. Grandes ciudades de todo el mundo podrían quedarse a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después la situación sería igual y los muertos se contarían por millones. El año previsto para semejante apocalipsis es, precisamente, 2012, el elegido por los catastrofistas para situar el fin del mundo.

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