viernes, 19 de junio de 2009

¿Por qué los europeos creemos ser libres? La guerra contra nosotros continúa

Impresionante artículo. Hay que estar muy ciego para no ver quién o quiénes nos gobiernan y cuáles son sus objetivos.

La policía del pensamiento británica

Hal G. P. Colebatch | 21 de abril 2009

Artículo traducido del diario The Australian

Gran Bretaña parece estar convirtiéndose en el primer estado moderno totalitario. Como profesor a tiempo parcial de ciencia política y leyes internacionales, no uso el término totalitario alegremente.

No hay campos de concentración ni gulags pero hay policía del pensamiento con poderes sin precedentes para dictar la forma de pensar y olfatear la herejía, y pueden haber duros castigos para los disidentes.

Nikolai Bukharin decía que una de las tareas principales de la Revolución Bolchevique era la de "alterar la psicología de la gente". Gran Bretaña no es bolchevique, pero hay una campaña para modificar la psicología del pueblo y crear el nuevo Homo britannicus, y esta campaña discurre sin disimulo alguno.

El Gobierno quiere introducir leyes que criminalicen los chistes políticamente incorrectos, con una pena máxima de hasta siete años de prisión. La Casa de los Lores trató de introducir una enmienda favorable a la libertad de expresión, pero el Secretario de Justicia Jack Straw logró derrotarla. Fue Straw quien previamente abogó por una redefinición de lo que significaba ser Inglés y sugirió que "el equipaje global del Imperio" estaba unido a la violencia en el fútbol de "racistas y xenófobos varones blancos". También dijo que los ingleses eran "propensos a la violencia" y eso se usó para subyugar a Irlanda, Escocia y Gales, y que los ingleses como raza eran "potencialmente muy agresivos".

En los últimos 10 años he recogido informes de muchos casos de castigos draconianos, que incluyen el arresto y procesamiento de niños, por crímenes del pensamiento y delitos contra la corrección política.

El presidente del Countryside Restoration Trust y columnista Robin Page dijo en una manifestación contra las leyes gubernamentales contra la caza en Gloucestershire en 2002: "Si eres musulmana, negra, lesbiana, vegetariana, buscadora de asilo, tienes solo una pierna y eres camionera, quiero los mismos derechos que tú." Page fue arrestado, y después de cuatro meses recibió una carta que decía que no se presentarían cargos de momento, pero que: "si nos llegan más pruebas en la que usted se vea envuelto, actuaremos contra usted." Le costó cinco años limpiar su nombre.

Page al menos era un adulto. En septiembre del 2006, una chica de 14 años, Codie Stott, le pidió a un profesor si se podía sentar con otro grupo para hacer un trabajo de ciencias pues las chicas de su grupo solo hablaban en urdu. La primera respuesta del profesor fue, según Stott, gritarle: "¡Eso es racismo, vas a ser detenida por la policía!" Contrariada y aterrada, la chica salió fuera para calmarse. El profesor llamó a la policía y unos días después, cuando todo parecía olvidado, fue arrestada y llevada a una comisaría de policía, donde le tomaron las huellas digitales y la fotografiaron. Según su madre, fue encerrada en una celda durante 3 1/2 horas. Fue interrogada por la sospecha de haber cometido un delito racista contra el orden público y posteriormente liberada sin cargos. La escuela investigó las acciones que podía iniciar, no contra el profesor, sino contra Stott. El director Anthony Edkins dijo: "Se ha hecho una acusación seria sobre una observación motivada por el racismo. Nosotros queremos asesgurarnos de que haya una actitud tolerante hacia los alumnos de todas las etnias y no toleraremos el racismo en ninguna de sus formas."

Un niño de 10 años fue arrestado y llevado ante el juez, por llamar a otro niño de 11 años "Paki" y "bin Laden" durante una discusión en el patio de recreo en una escuela primaria (el otro niño le había llamado mofeta y Teletubby). Cuando el caso llegó al Tribunal le había costado a los contribuyentes 25.000 libras. El acusado estaba tan angustiado que había dejado de ir a la escuela. El juez, Jonathan Finestein, dijo: "¿Hemos llegado al punto de procesar a niños de 10 años a causa de la corrección política? Hay crímenes mayores ahí fuera y la Policía no se molesta en perseguirlos. Esto es un disparate."

Finestein fue atacado ferozmente por los líderes de los sindicatos de profesores, como en aquellos juicios de caza de brujas, en los que cualquiera que hablara a favor de un acusado o señalara defectos en el procedimiento, era inmediatamente señalado como bruja(o) y era candidata(o) a ser quemada(o).

La policía contra los crímenes motivados por el odio investigaron a Basil Brush, un muñeco con forma de zorra de un programa de televisión para niños, que había hecho un chiste sobre gitanos. La BBC dijo que Brush se había comportado inapropiadamente y aseguró a la policía que el episodio sería prohibido.

La policía advirtió a un obispo por no haber hecho suficiente para "celebrar la diversidad", parece que a la policía se la ha habilitado para imponerla. Un hogar cristiano para clérigos retirados y trabajadores religiosos perdió una subvención porque no reveló a la administración cuantos de sus residentes eran homosexuales. Que nunca lo huberan preguntado lo tomaron como evidencia de homofobia.

Sin embargo, el año pasado en una escuela, los padres musulmanes objetaron que a sus hijos se les diera libros que defendían el matrimonio entre personas del mismo sexo y que pudieran adoptar, y sus deseos fueron respetados y los libros retirados. Este año, en otra escuela, padres musulmanes y cristianos objetaron el mismo tipo de material pero sus objeciones han sido ignoradas y han sido amenazados con ser procesados si sacaban de la escuela a sus hijos.

Ha habido innumerables casos en los últimos meses de gente en escuelas, hospitales y otras instituciones que han perdido sus empleos por escrúpulos religiosos, a menudo, como en la antigua Alemania Oriental, no por hablar alto en público sino por hacerlo en conversaciones privadas, y ser posteriormente denunciado ante las autoridades. El crimen de una enfermera fue ofrecer rezar por un paciente, quien no se quejó, pero se lo mencionó a otra enfermera. Una recepcionista de una escuela primaria, Jennie Cain, cuya hija de cinco años fue amonestada por hablar de Jesús en clase, se enfrenta a ser despedida por buscar apoyo en su iglesia. Un email privado que ella envió a otros miembros de su iglesia pidiéndoles que oraran cayó en las manos de las autoridades de la escuela.

La permisividad así como el draconianismo pueden usarse para destruir los valores y las normas socialmente aceptadas. La Royal Navy, por ejemplo, ha instalado una capilla satanista en un barco de guerra para acomodarse a las inclinacionaciones de un miembro satanista de la tripulación. "¿Qué habría dicho de eso Nelson?". También se suministra parafernalia satanista a presos que la piden.

Esta campaña parece venir de organismos no elegidos democráticamente o de aparatos cuasi-gubernamentales que controlan varias instituciones, que no rinden cuentas a los electores, no proceden directamente del Gobierno, aunque el Gobierno claramente las apoya.

Cualquiera de estos incidentes podría ser rechazado como una aberración, pero tomados en su conjunto - y solo he mencionado una pequeña muestra -casi cada día se informa de casos similares - dibujan un cuadro muy claro.

El libro de Hal G. P. Colebatch, Blair's Britain, fue elegido como libro del año por el The Spectator en 1999.

Leed también este artículo. Voy a hacer una breve transcripción libre.

En la Europa Oriental, los partidos nacionalistas, tales como Jobbik en Hungría y el PRM en Rumanía, están contentos tras conseguir dos escaños en el Parlamento europeo. Sus electores están descubriendo finalmente que la respuesta al control mental comunista no pasa por los valores occidentales. A diferencia de los europeos occidentales, los votantes de Eslovaquia, Hungría y Rumanía están menos limitados por los cánones de la sensibilidad étnica que la prensa occidental ha conseguido inculcarnos. Muchos de ellos quieren conservar sus paises racial y culturalmente homogéneos y parecen haber tenido ya bastante del parloteo occidental sobre los milagros del mercado libre.

Krisztina Morvai, una atractiva abogada nacionalista cristiana y líder del partido húngaro Jobbik, no dudó en responder a un comentario de un "orgulloso judío húngaro" que la acusaba de fomentar el odio y pedía que fuera vetada en la política:

Estaría muy contenta si aquellos que se autodenominan orgullosos judíos húngaros jugaran en su tiempo libre con sus pequeños penes circuncidados, en lugar de desacreditarme. Tu gente está acostumbrada a ver que mi gente se levante y se adapte a vosotros cada vez que os pegáis un pedo. Esto ya se acabó. Hemos levantado nuestras cabezas y no volveremos a tolerar vuestro terror. Reconquistaremos nuestro propio país.

Krisztina Morvai, parlamentaria europea por el Jobbik

El terror comunista en la Hungría de después de la II Guerra Mundial, cuyo líder era un judío comunista, Mátyás Rosenfeld aka Rákosi, aún se conserva demasiado fresco en la memoria colectiva del pueblo húngaro, lo que hace que el país sea menos susceptible a ser intimidado por lo políticamente correcto, que se ha convertido en una marca registrada de Europa Occidental.

Mátyás Rosenfeld aka Rákosi: el “asesino calvo”

La siguiente descripción da una visión de la percepción pública sobre los judíos en la Hungría de esos tiempos:

Al principio de 1953, pero en aumento desde el discurso secreto de Khrushchev, algunos comunistas húngaros decían que el ambiente en Hungría era cada vez más antisemítico, y que era necesario que algún no-judío reemplazara a Rákosi (más tarde Gerő). La población húngara odiaba a los cuatro líderes comunistas que dominaban la Hungría de la postguerra, quienes curiosamente eran judíos: Mátyás Rákosi (Róth), Mihály Farkas (Wolf ), József Révai (Lederer), y Ernő Gerő (Singer). Durante una reunón en junio de 1953 en Moscú, Beria burlonamente se refirió a Rákosi como “rey judío.” Según un telegrama escrito durante su visita a Budapest en junio, Suslov también consideró que tantos judíos en los más altos cargos era un problema real. [Vladimir] Kryuchkov también informó de ello como de un problema .... [János Kádár le dijo a [Yuri] Andropov que solo durante el liderazgo arbitrario de Rákosi ser judío fue asociado con el régimen, implicando que una vez que Rákosi fuera cesado, el antisemitismo se disiparía.

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