lunes, 29 de junio de 2009

Coca Cola Zero en España utiliza un aditivo prohibido en EE UU, Gran Bretaña y México


Venezuela ha retirado este refresco por tener entre sus componentes un aditivo con riesgos cancerígenos, el E-592



El ciclamato sódico E-952, un edulcorante por el que Venezuela acaba de prohibir Coca-Cola Zero, está en este refresco en el Estado español. El E-952 no está permitido en EE UU desde 1969 por su riesgo cancerígeno.

“El producto [Coca Cola Zero] debe salir de circulación para preservar la salud de los venezolanos”, anunciaba el 10 de junio el ministro de Salud y Protección Social de Venezuela, Jesús Mantilla. En un primer momento, la información difundida por la Agencia Bolivariana de Noticias no determinaba cuál era el componente por el que se prohibía.

Esta situación facilitó que la información difundida por otras agencias europeas, como Reuters y EFE, achacara el hecho directamente a la conflictividad laboral en la empresa y sus malas relaciones con el Gobierno. Y en la memoria de todos la frase del presidente venezolano, Hugo Chávez: “Yankis de mierda, váyanse mil veces al carajo”. “Coca Cola cede al enfrentamiento con Chávez y retira su bebida”, titulaba el diario El País dos días después de su prohibición. Mientras, los integrantes del concurso Fama, de Cuatro TV, del mismo grupo mediático, se paseaban con camisetas de este refresco por escenarios de Málaga y Albacete.

Un día después del anuncio de su retirada se conocía que la decisión correspondía a una infracción legal por parte de la empresa FEMSA de Venezuela (Coca Cola). El producto contenía ciclamato de sodio (E-952), algo que no se encontraba en la solicitud realizada en 2007 por la empresa y aprobada por el Ministerio, según explicaba el 11 de junio Divis Antúnez, director del Servicio Autónomo de Contraloría Sanitaria del Ministerio del Poder Popular para la Salud y Protección Social.

¿A quién le amarga un dulce?

El ciclamato de sodio es uno de los edulcorantes más potentes y baratos utilizados en la fabricación de productos bajos en calorías o sin azúcar, como zumos, refrescos, bollería industrial, chucherías, endulzantes líquidos... [ver recuadro inferior]. Eso sí, sólo allí donde es legal su utilización. Fue prohibido en EE UU en 1969. Tampoco está permitido en Gran Bretaña, Irlanda, Bélgica, Australia o Nueva Zelanda, entre otros países, según explicó a este periódico Eduard Rodríguez Farré, profesor de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona.

Por su parte, el autor de la Guía de los aditivos usados en alimentación, Esteban Cabal, detalla: “En experimentos con animales provocó tumores en ovarios, riñones, piel y útero. En humanos se ha dicho que interfiere en la síntesis de las hormonas tiroideas y puede producir alergias. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede tener potencialidades cancerígenas y efectos mutágenos. Se desaconseja su consumo especialmente a niños y mujeres embarazadas y puede dañar los espermatozoides y los testículos”, explica.

Sin embargo, el ciclamato de sodio es legal en España, Italia, Grecia, Portugal, Polonia, Estonia, Lituania y varios países de América Latina. Por su parte, la OMS establece en 11 miligramos de E-952 por kilogramo de peso corporal la ingesta diaria máxima. “La agencia más estricta suele ser la FDA [Food and Drug Administration] estadounidense, mientras que la UE es mucho más laxa e influenciable por los intereses de la industria”, denuncia Rodríguez Farré.

Ante la decisión de Venezuela, la Agencia Española para la Seguridad Alimentaria comentó a este periódico que se trataba de “un problema totalmente político”. Sobre la prohibición de este edulcorante en otros países, afirmaron que no evaluaban sus motivaciones, y reafirmaron la aceptación de este edulcorante por la legislación española y la de la UE. El E-952 se encuentra en la directiva comunitaria de junio de 2008 “por la que se establecen criterios específicos de pureza de los edulcorantes que pueden emplearse en los productos alimenticios”. Previamente, en 2003, se dictaminó “una reducción de las dosis máximas”.

“Los últimos estudios que se han realizado sobre las consecuencias del E-952 son del año 2000. Tras su investigación en monos, estos sufrieron atrofia testicular e inducción a procesos cancerígenos, pero ha habido muchos trabajos que no han encontrado efectos secundarios, la mayoría pagados por la industria, para demostrar su seguridad”, reconoce Rodríguez Farré. Mar Gómez, naturópata y profesora del Instituto de Terapias Integrales y Enseñanzas Enérgeticas, explica a DIAGONAL: “Nadie va a decir que por utilizar un producto se vaya a desencadenar una pandemia de cáncer. Se podría, pero no se quiere. Miremos nuestro entorno, cuánta gente fallece de cáncer, y preguntémonos qué hacemos con la alimentación, cómo está el aire”. En este caso, no obstante, se necesitan grandes cantidades de edulcorante para tener esos problemas, según puntualiza Gómez. Pero, como denuncia Cabal, el autor de la guía de aditivos alimentarios, “ni siquiera podemos saber qué cantidades tomamos al consumir un producto, ya que no se especifica entre los ingredientes su proporción”. El investigador del CSIC Rodríguez Farré señala a este respecto, “la toxicidad del E-952 no es elevada, pero en el ámbito de la salud pública, cuando un producto se utiliza a diario por millones de personas, el riesgo, por mínimo que sea, no es nada despreciable. En esta situación el principio que se suele aplicar es el de precaución, y, por tanto, se suele prohibir”.

Venezuela no es el primer lugar donde Coca Cola tiene que cambiar la fórmula de su producto Zero, con la eliminación del edulcorante. En febrero de 2008 ya lo hizo en México, Argentina y Chile. Y el refresco sigue consumiéndose. La compañía lo disfrazó, según la prensa mexicana, con el anuncio de un cambio de sabor del producto.


OTROS ENDULZANTES CUESTIONADOS

SACARINA (E-954)

Según Eduardo Cabal, en la Guía de los aditivos usados en alimentación, este edulcorante es usado desde principios del siglo XX. “No se ha demostrado que ayude a perder peso. Dosis altas provocaron cáncer de vejiga en ratas en experimentos realizados en los años ‘70. Se ha dicho que pueden producir cáncer en los hijos y nietos de quién lo toma. Está prohibido en Francia y en Canadá. En EE UU es obligatorio advertir en las etiquetas sobre los productos que contienen sacarina”, señala.

ASPARTANO (E-951)

“De origen químico, fue descubierto en 1965 y se usa desde 1983 como edulcorante en muchos productos de gran consumo. En el organismo se transforma en fenilalanina, ácido aspártico y metanol. Su toxicidad está siendo objeto de encendidas polémicas en EE UU, donde ha sido acusado de provocar convulsiones, estados de coma, tumores cerebrales y ceguera”, explica la guía de Cabal. En el Estado español las etiquetas advierten de algunos de sus riesgos.

OTROS PRODUCTOS QUE CONTIENEN CICLOMATO SÓDICO (E-952)

BISOLAN
MERMELADAS HERO DIET
COCA COLA LIGHT
NESTEA SIN AZÚCAR
FANTA ZERO

Fuente: Diagonal

A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud intentó poner de manifiesto los peligros que suponen para el ser humano la ingesta constante en su dieta de este producto pero las grandes multinacionales del azúcar entre ellas Coca Cola y Pepsi amenazaron con presionar al gobierno central para que este dejase de enviar ayudas a este organismo internacional. Este informe pone de manifiesto la relación entre la obesidad y las campañas publicitarias a las que nos encontramos sometidos en nuestra sociedad. Plantea en último término la obesidad como un problema global de los países desarrollados que conlleva diversos trastornos como la depresión y diferentes problemas físicos.




Coca Cola precursora de los productos Light utiliza como sustitutivo del azucar un producto llamado aspartamo. El aspartamo, conocido también como el E-951, fue descubierto de forma casual en 1985 cuando unos bioquímicos de la empresa D.G. Searle & Co. buscaban un remedio contra la úlcera. Desde entonces ha estado siempre en el centro de la controversia científica y médica, aunque esto no haya llegado demasiado a la opinión público, como suele ocurrir con las cosas más importantes que suceden a nuestro alrededor.


Según el Centro de Información sobre el Aspartamo lo consumen a diario 200 millones de personas, cerca de 8000 toneladas al año, está presente en más de 8000 productos, yogures, mermeladas, chicles, caramelos, chocolates, bebidas carbónicas, jarabes etc etc. Básicamente, todo aquello anunciado etiquetado como “Sugar Free”, “Sin azúcar”, “Light”, además de otros muchos productos y fármacos como sustituto del azúcar (hay que leer las etiquetas de todos los productos que consumimos para asegurarnos, especialmente si su consumo va dirigido a niños).
En un estudio, publicado hace 2 años en el European Journal of Oncology, realizado a 1800 ratas, el equipo de Soffritti concluyó que: “se ha demostrado experimentalmente y de forma concluyente que el aspartamo causa un aumento estadístico de los linfomas y leucemias en ratas hembras a niveles muy cercanas a los niveles a los que se exponen los seres humanos. Este aumento podría estar relacionado con el metanol, metabolito del aspartamo que se metaboliza en formaldehído y posteriormente en ácido fórmico en seres humanos y ratas:” (recordemos que la razón por la que se emplean ratas de laboratorio para los estudios químicos y médicos es porque su metabolismo es francamente similar al nuestro).




La Coca-Cola por sí sola no produce diabetes. Sin embargo, su contenido en azúcares es muy alto y normalmente se toma por lo menos una lata completa de esta bebida (más de 35g de azúcar por lata de 333 mL) lo que equivale a 17 cucharaditas de azúcar.
La coca Cola contiene Acido Fosfórico, que provoca en el cuerpo la desmineralización ósea, sin dejar de mencionar la cafeína, que en dosis elevadas produce insomnio, dolores de cabeza o incluso taquicardias.La Coca Cola al ser una bebida carbonatada produce síndromes de adicción. 4 de cada 10 personas que toman regularmente este producto, desarrollan una dependencia psicológica.



El exceso de del aditivo E- 150 , que da el color negro a la Coca Cola, hace deficitaria la Vitamina “B6” necesaria para que el cuerpo asimile las proteínas.
Como hemos comentado en párrafos anteriores los productos de Coca Cola la gran cantidad de azúcar, produce en los dientes una destrucción del esmalte y caries, que sobre todo afectan a la población infantil, que es a su vez, a la que va dirigida la publicidad en la mayoría de los casos.
Artículo relacionado:
MCDONALDS, COCA-COLA Y LA OBESIDAD INFANTIL
PILAR GALINDO
ECOPORTAL.NET
16-02-2006 CON MCDONALDS Y COCA-COLA CRECE LA OBESIDAD INFANTIL
Una lata de Coca-Cola u otros refrescos, como las bebidas para deportistas, contiene 35 gr de azucar, supera por si sola la dosis mínima y no aporta ningun tipo de nutrientes. Estas calorías vacías de elementos nutritivos y cargadas de azucar refinado que ingerimos con los alimentos industriales son la causa principal de la obesidad, que crece como una epidemia, en las sociedades modernas. La obesidad ha alcanzado las dimensiones de una epidemia mundial. Mil setecientos millones de personas presentan alto riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes y cardiopatías, relacionadas con el exceso de peso [1].
En la Union Europea, durante la decada de los noventa, 279.000 muertes de mayores de 25 años (el 7,7% del total) son atribuibles al exceso de peso. En España, el 14,5% de la poblacion adulta es obesa y el 38,5% tiene sobrepeso [2].
Entre la poblacion infantil y juvenil (de 2 a 24 años) los porcentajes son, respectivamente, del 13,9% y del 26,3%. La tasa de obesidad de l@s niñ@s entre 6 y 12 años (16,1%) es de las mas elevadas de Europa, se ha triplicado en sólo 10 años y supera la obesidad en adultos.
Según la Federación Internacional de Diabetes y la Organizacón Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad que padecen los menores están cada vez más vinculados a la diabetes tipo 2, hasta hace poco considerada diabetes de adulto porque requiere, para su aparición, de un exceso de peso prolongado. El crecimiento de la obesidad y de sus enfermedades derivadas tiene que ver con el sedentarismo pero, sobre todo, con los malos hábitos alimentarios. Estos hábitos producen obesidad no sólo por sobrealimentación, sino también por exceso de carnes, grasas, sal y azucar, en detrimento de pan, pescado, legumbres, frutas y vegetales. Los alimentos frescos y cocinados en casa se sustituyen, cada vez más, por alimentos industriales, precocinados, con conservantes y aditivos. Saltarse el desayuno, no tomar frutas y verduras a diario, beber refrescos en lugar de agua y comer chucherías y comida basura [3], perjudica la salud y aumenta la obesidad. La OMS recomienda que, en una dieta de 2000 calorías (para un adulto), la proporción de azúcar no debe superar los 30-50 gramos diarios. Sin embargo, no dice a la población que una lata de Coca-Cola u otros refrescos, como las bebidas para deportistas, contiene 35 gr de azúcar, supera por si sola la dosis minima y no aporta ningun tipo de nutrientes. Estas calorías vacías de elementos nutritivos y cargadas de azúcar refinado que ingerimos con los alimentos industriales son la causa principal de la obesidad, que crece como una epidemia, en las sociedades modernas. La Academia Americana de Pediatría ha alertado del riesgo del consumo de bebidas azucaradas. El organismo metaboliza hasta 100 gr de azúcar en el higado y 200 gr en los músculos. El resto se transforma en grasa. Un estudio de la dieta de la población escolar en EEUU demostró que una lata diaria de bebida azucarada incrementaba el riesgo de obesidad infantil en un 60%. El aumento de células grasas es difícil de combatir a esa edad porque la restricción calórica necesaria para eliminar tales celulas, podría afectar a su desarrollo. El 30% de los niños y niñas obesos acaban siendo adultos obesos. Niños, adolescentes y jóvenes son el objetivo primordial de las presiones publicitarias [4]de las multinacionales de comida basura. Esta presión degrada sus hábitos alimentarios en una etapa de aprendizaje para toda la vida. McDonalds y Coca-cola llevan más de 50 años atacando la cultura y la soberania alimentaria de los pueblos para imponer su comida y su bebida basura.
Hasta ahora nadie ha obligado a estas empresas a informar de los peligros que sus productos suponen para la salud. Por el contrario, con el número de establecimientos y las ventas de estas multinacionales crecen tambien la obesidad y la diabetes de nuestros niños y niñas, así como las enfermedades cardiovasculares en las etapas posteriores de su vida.
En 2005 el gobierno presenta la Estrategia NAOS [5] como desarrollo de las recomendaciones de la OMS [6] para combatir esta epidemia, que señalaban la importancia de prevenir los hábitos alimentarios perjudiciales en las edades más tempranas, empleando para ello, las medidas que cada país considerase mas apropiadas.
Pero esta política no se da por enterada de la relación, suficientemente demostrada, entre la obesidad y el consumo de los productos de estas multinacionales. Por el contrario, niega expresamente dicha responsabilidad: es importante resaltar que el sedentarismo y el deficit de gasto energético, provocados por las nuevas pautas y hábitos de conducta de nuestra sociedad moderna, juegan un papel principal en el aumento de la obesidad y el sobrepeso y no cabe responsabilizar de este problema a la industria española de alimentación y bebidas, ni a productos alimenticios concretos o a su publicidad.
El Gobierno emplea la Estrategia NAOS para proteger los intereses de las empresas responsables del crecimiento de la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. No evalúa los daños que la expansión de la comida y la bebida basura produce entre la poblacion, en particular en niñ@s y adolescentes. No alerta sobre los riesgos de la continuidad de este modelo de consumo. No promueve la sensibilización sobre la necesidad de no consumir estos productos. No prohibe su venta en las escuelas, tal como han solicitado la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. No toma ninguna de estas medidas, dirigidas al centro del problema, porque eso le enfrentaría con las multinacionales.
La Estrategia NAOS es un simulacro de políticas en defensa de la seguridad alimentaria para que todo siga igual. Propicia "Códigos voluntarios de Buena Conducta" para las empresas alimentarias que sólo sirven para limar los aspectos más agresivos de la publicidad dirigida a los menores de 12 años.
También establece Convenios con las multinacionales de la alimentación basura para que laven su imagen, mostrándoles como benefactores de los más desfavorecidos y a través de campañas que incentivan el deporte. En estas campañas las multinacionales nos recuerdan, cínicamente, los beneficios de una dieta sana, al mismo tiempo que nos ocultan los daños que sus productos ocasionan a nuestra salud.
Notas:
[1] Fuente: Internacional Obesity Task Force: Fuerza de Choque Internacional contra la Obesidad
[2] Se considera obesidad, para una persona adulta, cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 30. El IMC es el cociente entre el peso (en kg) y el cuadrado de la estatura (en metros). Se considera sobrepeso, para una persona adulta, cuando el IMC es igual o superior a 25.
Fuente: Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.
[3] Comida basura es el conjunto de alimentos de alto contenido en azúcar y grasas y de bajo coste económico que se venden en establecimientos de comida rápida.
[4] Tanto los adolescentes y jóvenes, como los sectores sociales de bajo poder adquisitivo son más vulnerables a la asociación entre la presión publicitaria y el bajo precio de la comida basura [5] NAOS: Nutricion, Actividad Física y Prevención de la Obesidad
[6] Ver OMS. "Informe sobre Salud en el mundo 2002: Reducir los riesgos y promover una vida sana".
Pilar Galindo, Grupo Autogestionado de Konsumo (GAK) de CAES

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