martes, 23 de junio de 2009

DE NADA SIRVE

Ejemplo de burro vidente que distingue perfectamente un cubo de una esfera.

Los filósofos John Locke y George Berkeley se preguntaron ambos si un ciego de nacimiento que recuperase la vista de golpe sabría distinguir, sin tocarlos, entre un cubo y una esfera. Tanto Locke como Berkeley, tras mucho darle vueltas, se respondieron que no, que eso era imposible; o, por lo menos, tan difícil como andar para atrás con chancletas.

Una vez más, fiel a los cárteles partitócratas entre insultos, mentiras y gurtelazos, casi un 46% del cuerpo electoral español ha participado este 7 de junio en las Elecciones Europeas, demostrando que al vecino medio del Hispanistán le gusta más la raja de una urna que la del chocho de una maniquí finlandesa. Él sabrá por qué.

No ha servido de nada advertirle que ni el régimen español ni el europeo son democracias, sino regímenes orgánicos de poder único. De nada denunciar que Zapatero es más execrable que el que le pasó la navaja al ciego y le pidió que tocara la armónica, y que tiene hartos hasta a los propios socialistas con sus incongruencias legislativas y sus caprichos paritarios. De nada hacerle ver que los españoles andan de dinero más apretados que la chapa de un submarino sumergido en la sima de las Marianas, que tienen que acudir muchos de ellos a los comedores de Cáritas para pagar la cuota hipotecaria con el subsidio de paro. De nada avisarle de que el sistema financiero mundial tiene un futuro más negro y hediondo que el ojete de un manco, excepción hecha de la banca internacional judía y del Imperio Rockefeller, claro. De nada recordarle que el mundo se ha quedado sin referentes de toda la vida, como Chrysler. De nada analizar cómo el Estado inyecta a bancos y cajas nirvánicos chutes con nuestro dinero, a pesar de que para la súper deuda de la Banca (1), los 80.000 millones de Zapatero sean como, tras una gran cagada pegajosa y garbancera, tratar de limpiarse el culo con un post-it. De nada evidenciar que el tejido productivo español está más quebrado que una galleta en el bolsillo de un borracho, con una caída de PIB prevista para este año 2009 de alrededor del -11%. De nada constatar que el ciudadano medio deambula angustiado a la busca de dinero como un yonki de caballo, porque forma ya parte de la gran mora española, que ronda el 10%. De nada denunciar las fechorías de la 'Banda de la Kipá', que imprime dinero sin límite con objeto de hacerse con el poder absoluto de las finanzas internacionales, y que se evidencia en unas tasas de interés prácticamente nulas, aunque no le sirva para nada, porque jamás verá ni un euro de crédito. De nada avisarle de que todo apunta hacia ciertos cambios en el equilibrio mundial, con un valor del dólar que ya está bien jodido, y que se derrumbará estrepitosamente en los próximos meses. De nada la confidencia de que las grandes economías emergentes anden tratando de sustituir a su socio preferente, EEUU, por otro más solvente, más formal y más trabajador, como China, cosa mala para el sistema de valores en vigor. De nada prevenirle, a pesar de su estulticia militante, de que todas las grandes crisis históricas han acabado en una guerra mundial (que no es como esas guerras locales que siempre suceden lejos, ésas que ni se ganan ni se pierden, que duran muchos años estancadas, sin movimiento en las cuestionadas fronteras, porque eso sólo pasa si en esas guerras no se contravienen los intereses de la banca internacional (2); cuando se le tocan los cojones, entonces las guerras son crudelísimas, y las gana aquel bando al que ésta apoya y el que a ésta defiende, porque cuenta con recursos ilimitados).

Nada ha servido de nada. Tras toda una vida de manirrota ceguera a la democracia, la manada plebiscitaria, entrampada hasta el colodrillo, pastoreada por un gobierno más inútil que un abanico de papel higiénico y utillero confeso de la banca, ha acudido a las urnas el 7 de junio de modo imprevisto y abundante. Parece que el hato va recuperando la vista, pero no distingue aún si lo que ve es un cubo o una esfera.


MALDITO HIJO DE PERRA


NOTAS DEL EDITOR: (1) Este año el sistema financiero está capeando el temporal porque sólo han de provisionanr el 25% de la deuda impagada, y todo quedará en una restricción drástica de beneficios, ¡que de ahí salen las provisiones! El año pasado, el Santander (siempre la referencia) se permitió el lujo de declarar beneficios de 7.500 millones de euros a base de contabilizar en su activo las partidas resultantes de vender todo su patrimonio inmobiliario y de inscribir sus fondos a un valor aún especulativo. Pero el BCE ya les ha hecho tomar tierra, bajándoles la valoración de esos fondos un 30%, ¡Y ya no les queda nada que vender! Por si fuera poco, el año que viene les tocará provisionar el 75% de la morosidad de este año ,además de la propia del 2010, que no va a ser poca. Y eso implica que el Santander, y todo el sistema financiero español tras él, entrará en régimen de brutales pérdidas.

(2) Las guerras actuales, después de la II Guerra Mundial, que fue la última en que la Banca Internacional fue perseguida (eso fue la peor persecución de los judíos, ése fue el motor del Holocausto*), son entonces cuestión de resistencia, de desgaste, y se transforman en conflictos económicos que arruinan a los contendientes y dan grandes frutos a quien las financia, la propia Banca Internacional, que es gente no sometida al derecho particular de ninguna nación, sino a otro global y convenientemente flexible y etéreo. La vida humana no vale nada para ellos. (Ni para ti tampoco, lector, que siempre has visto la muerte en la televisión y nunca te importó, mientras no te afectara ni a ti ni a tu familia).

(*) Este Editor es agnóstico en esta causa. No es un negacionista, sino que, simplemente, reconoce que no sabe. Pero hasta ahora sigue el criterio del intelectual judío Noam Chomsky, al que admira personalmente, de permitir toda libertad de expresión al respecto, tal y como él avaló en el caso Faurisson. Este Editor ha leído "El miedo a la democracia" o "La Aldea Global". Y no es Chomsky el único judío al que admira. El Editor admira también a judíos geniales, como los Hermanos Marx o Woody Allen. O incluso al "hermano Marx serio", Karl. O a Einstein, por su Teoría General de la Relatividad (por la Especial, no: la copió de Poincaré). Este Editor no es antijudío ni filonazi, pero tampoco sionista. Y en este asunto, de tan tas repercusiones económicas y políticas, en el que, como daño colateral, se humilla para siempre a una nación entera, la alemana, es agnóstico. Y como Santo Tomás, necesita ver para creer.

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