viernes, 7 de mayo de 2010

RÉGIMEN DE HIGOS CHUMBOS


Al Régimen Global, que es el que ha organizado esta artificial macro-crisis financiera y económica a la que tratamos de sobrevivir, le interesa sobre todo provocar cuantiosas pérdidas a las personas y a las empresas, pues es la manera de imponer su presencia, de extorsionarnos, respaldados por la ignorante ciudadanía controlada por los media. La economía social ha pasado a segundo plano, porque ahora de lo que se trata es de esclavizar a la humanidad no ya mediante el crédito, sino con un hambre física de perro de afilador.

Para comprobar el desprecio de la élite financiera, económica y política por la ciudadanía, basta un ejemplo reciente: las consecuencias para los viajeros europeos —y las aerolíneas— de la nube de humo del volcán islandés
Eyjafjalla, supuestamente perjudicial para los motores de los aviones, lo cual constituye una hipótesis ridícula hasta la risotada, que sólo encuentra parangón en la anterior crisis de la gripe A(1). El caso es asustar y mantener a la gente ocupada en solucionar problemas artificialmente creados, y de menor cuantía, para que no perciba la realidad: que le están robando la libertad, el dinero y la propia vida.

A estas alturas, los lectores de Ácratas ya deben tener claro que el Régimen Global se impone inyectando miedo a la ciudadanía: desde el 11 de septiembre de 2001, estrenando el siglo, en el que "el terrorismo internacional" derribó controladamente, en un alarde de ingeniería de demoliciones, tres rascacielos en Nueva York con Thermite (bien sabéis que no fue a causa del impacto de aquellos cinematográficos aunque impotentes aviones señuelo), y mató a más de tres mil personas, el modelo implementado sigue en vigor. El Régimen Global es el único terrorista mundial de importancia —el Régimen Global es el verdadero Al-Qaeda, es su inventor, es el titiritero que maneja sus hilos y agita sus hollywoodienses imágenes barbudas y aturbantadas— y, de hecho, financia y articula todos los atentados que suceden en el mundo a través de su brazo armado, que es una élite de asesinos sacados de las cloacas del sistema, ex-agentes casi todos de la CIA y del Mossad.

El Régimen Global —y en España es más que evidente, porque es tosco, provinciano y grosero— sólo tiene el objetivo de coartar las libertades públicas individuales y colectivas. Cada vez que el régimen legisla y prohíbe algo más, al tiempo que nos resta libertad, nos hace más irresponsables. Porque, queridos niños de teta que me leéis, convertir a todos los ciudadanos en unos irresponsables es el único y verdadero objetivo sociopolítico del poder. ¿Entendéis ahora ese extravagante y atroz sistema educativo que convierte a nuestros hijos en unos idiotas hedonistas, en incultos melones sobrevalorados?

Pondré un ejemplo: Si el código de la circulación prohíbe todo lo que supone un riesgo —la lista de esas prohibiciones es más larga que la bragueta de una sotana, y las multas se cuentan por millones—, cuando alguien se mata en la carretera, debiera ser el Estado el responsable de esa muerte: Las exhaustivas prohibiciones convierten a los administrados en pollos descabezados, en insensatos descerebrados que acaban por creer que todo lo que no está prohibido puede hacerse y que todo peligro que no se advierte no existe. Hablando recto como un renglón, lo que quiere el poder es hacer de nosotros unos insensatos irreflexivos —que fungen sin embargo de culpables de los accidentes, aunque no tengan libertad ninguna para decidir casi nada, que mueren ahorcados por el cinturón de seguridad, o se lisian por falta de seguridad activa, por circular tan despacio que es imposible sortear los riesgos del tráfico (cualquier motorista sabe a qué me refiero)—. Lo que quiere el poder es vernos conducir a 80 kilómetros por hora a las dos de la madrugada, por una autopista vacía, "para evitar contaminación y accidentes". ¿Quién será el hijo de puta que permite que durante la noche la señalización limitativa se quede clavada en ese ridículo 80? ¿Cuánto le pagamos de nuestros bolsillos a ese cabestro cada mes los contribuyentes? ¿Cuándo volverá a imperar una ley justa que lo condene a trabajos forzados durante un lustro?

Ante la ola de acogotamiento prohibicionista del Régimen Global, a un hombre sólo le caben tres actitudes personales:

1. La opción práctica y desvergonzada: Aprovecharse de los demás, apuntarse al sistema y andar más contento que un maricón montado en un carro de pepinos; hacerse funcionario y pasar la "jornada laboral" rascándose la ventosa (policía, militar, administrativo); o político, financiero, empresario del pelotazo; o apuntarse a la subvención, a la ceja, al PER o a la hostia consagrada; y medrar, ganar dinero con la opresión y la injusticia experimentada en cabeza ajena.

2. La opción permisiva e irresponsable: La actitud de esa parte de la sociedad que traga más que la aduana de Andorra, que asume tranquilamente toda nueva vuelta de tuerca; o peor: que aplaude al poder ante cada nueva ley que éste caga; chusma que dice eso de que: "Es que la gente confunde libertad con libertinaje, y necesita que la sancionen para evitar que se mate". Es la actitud propia de eunucos, de esa horda de padres sin cojones que no pueden manejar a sus hijos, de gentuza que no debiera ni existir, que no son hombres libres ni han deseado serlo jamás, que no pueden ni quieren responsabilizarse de nada, y menos de educar a hombres y mujeres libres; que convertirán a sus hijos en copias de sí mismos, en cabritos cornudos, en morralla, en gente con menos sangre que la compresa de una muñeca.

3. La militante, la digna: Cada vez que una nueva ley prohíba algo absurdo(2), tener como objetivo sortear esa ley y hacer ese algo. Estamos no sólo en nuestro derecho, sino obligados como reacción ante la opresión política a la sociedad civil. Es nuestra obligación moral triturar toda ley injusta o desproporcionada hasta hacerla inoperante, dejarla obsoleta.

Esta resolución, la opción 3, significa declararse enemigo del Régimen y obrar en consecuencia. Una vez localizada la raíz del mal, no hay más remedio que arrancarla de cuajo. Sí, pero ¿cómo? Sabed que el principal daño, el más grande perjuicio que se le puede causar al Régimen Global es retirarle el sustento económico. Aparte de no colaborar con él de ningún otro modo —La Boétie, 1560—, no debemos contribuir con nuestro dinero a un Régimen tiránico, opresor, para que viole nuestros derechos usándolo contra nosotros.

A nivel personal, debéis interiorizar —grabároslo en el pecho del revés, para que lo veáis todos los días al miraros al espejo— el siquiente discurso:

1. No queremos a ningún papá Estado unciéndonos al yugo de los bueyes mansos. En realidad, no necesitamos a un Estado como éste absolutamente para nada.

2. Mientras no exista democracia (lo actual es un paripé de poderes inseparados y corrupción desenfrenada de todos los partidos y los funcionarios) nos arrogamos el derecho a la autogestión y la acracia. Cuando tengamos un problema, no nos lo resolverá el Estado. Más bien lo empeorará, si es que no es en realidad su verdadero causante.

3. No queremos su concepto de seguridad ni sus policías armados, que no son otra cosa que funcionarios que están ahí para reprimirnos a nosotros en lugar de a los delincuentes, porque es menos peligroso joder a las personas honradas, inocentes, desarmadas e inofensivas.

4. Nos negamos a darle ni un euro a este Estado de manera voluntaria, porque:
—Sabemos que ese dinero servirá para sostener sine die el Estado de Partidos y su Administración enviciada.

—Sabemos que todo político o funcionario es incompetente, necio y corrupto. Sin excepción, cada uno de acuerdo con sus posibilidades y su nivel de inteligencia. No hay ni una sola excepción. Al menos, nunca la he conocido.
 Así que, a partir de hoy:

—El Estado Cocotero sólo nos sacará el dinero por la fuerza. Pero cada euro que nos robe lo compensaremos con diez, cien, mil euros oponiéndonos al sistema. Esto, técnicamente, se denomina "objeción fiscal".

—Como no existe un trabajo honrado que implique actuar como recaudador de impuestos en la cadena del valor añadido (es una vergüenza intolerable hacernos perseguidores de nuestros conciudadanos), trabajaremos fuera del mismo siempre que podamos, aunque tengamos que irnos a vivir a Liechtenstein.

—No votaremos jamás en ninguna clase de elecciones ni referenda en este sistema político, porque es un repugnante circo para homúnculos castrados.

—Destruiremos en la medida de nuestras posibilidades y pacíficamente todo orden impuesto por el Régimen Cocotero y haremos u opinaremos libremente, aunque le joda.

—No respetaremos de corazón más leyes que las avaladas por la moral natural y por el sentido común. El resto podrán sernos impuestas, pero, al ir contra nuestra voluntad y nuestra ética, nunca lo serán de manera permanente. Y esto se denomina técnicamente desobediencia civil(3).

—Jamás nos consideraremos superiores en derechos a nadie, pero no admitiremos que nadie ostente más derechos que nosotros. Por lo tanto, arrojaremos siempre la primera piedra(4). Y decimos, y es sólo una piedra entre mil, que una SICAV es una estafa que permite que el gran capital tribute al 1%, y juzgamos que sus beneficiarios debieran pasar unos cuantos años en la cárcel, junto a los legisladores que inventaron las SICAV y las hicieron posibles. Pero mientras sigan existiendo, también tributaremos al 1%, o al mínimo que podamos, porque es lo moralmente justo.

—Estaremos siempre a favor de la libertad política y de la jibarización del Estado, que ha de desaparecer tal y como lo conocemos: debe ser un sirviente, un lacayo de la ciudadanía, y no al contrario como ahora.

—Consideraremos que todo enemigo del Estado Cocotero es colaborador nuestro, aunque sea transitoria y circunstancialmente. Da igual si se trata del abertzalismo independentista vasco(5), el anarquismo radical, Hamas, la nación rusa, o las mismísimas Corea del Norte e Irán: en política, son nuestros aliados. Nos importa una polla que estén equivocados, porque si se enfrentan al Régimen Global o al Estado de Partidos que nos oprime a nosotros, no lo están del todo. El Estado no nos va a engañar desde los medios haciéndonos creer, por ejemplo, que 260.000 vascos son terroristas y no tienen derechos políticos; o que unos cuantos afganos desgraciados, armados con espingardas en el Hindukush, son un peligro para la Humanidad.

Así que atentos, hijos de puta, que vamos a por vosotros... ¡a meteros una ristra de higos chumbos por el mismísimo ojete del culo hasta que os arda como el tubo de escape del Challenger!; ¡hasta que os salga la mierda por la boca y pidáis bicarbonato llorando!

MALDITO HIJO DE PERRA


(1)  Las aerolíneas pierden 150 millones de euros diarios con la "crisis del humo" y han caído en Bolsa de manera ostentosa. Si las restricciones no eran auténticamente imprescindibles, Eurocontrol debiera indemnizar a las empresas a las que está arruinando, así como a los viajeros que se han visto perjudicados por las cancelaciones. Eurocontrol explica que la ceniza del humo volcánico "se funde al contactar con los motores de los aviones, lo que afecta al flujo de gases de combustión y provoca la parada de las máquinas". Es algo poco creíble (la ceniza no se funde en ningún caso, ni es combustible); y menos si se tiene en cuenta que altos ejecutivos de las aerolíneas se han subido a sus respectivos aviones y han volado a través del humo tan tranquilamente para dejar claro que lo que dice Eurocontrol es una parida monumental. Si fuera algo peligroso, capaz de "detener las máquinas", y hacer que los aviones cayeran como piedras al suelo, no lo habrían hecho, evidentemente. Parece como si el Poder la tuviera tomada con las líneas aéreas desde el 11-S, cuando eligió precisamente aviones para fingir un atentado terrorista islámico. Desde entonces, el poder no ha dejado de perjudicarlas: las "medidas de seguridad" en los aeropuertos, absolutamente molestas y hasta humillantes para los viajeros (recordad los escáneres que desnudan, los cacheos y los registros), los retrasos, etc. Algo me dice que la parte de la globalización que permite la movilidad de las personas a lo largo y ancho del mundo no les apetece a los poderosos tanto como la movilidad de capitales... ¿No?

(2) Sin salirnos del ejemplo: una prohibición absurda es la de rebasar los 80 kilómetros por hora, a las dos de la madrugada por una autopista vacía, "para evitar contaminación y accidentes". Nuestra obligación moral es averiguar en Internet dónde coño están el par de radares recaudadores y, fuera de estos dos mínimos tramos, conducir a la velocidad correcta, 110 kilómetros por hora, que es la que no produce contaminación (así lo informó el colectivo de ingenieros de automoción) ni accidentes (¡porque a 80 la gente se duerme conduciendo de madrugada!) El carnet de conducir puede ser tan difícil de obtener como el Gobierno considere necesario; pero una vez conseguido, el Estado debe reconocernos la capacidad para tomar decisiones, para responsabilizarnos de la seguridad propia y de la del resto de vehículos que circulan en lo que a nosotros concierne. Como canta el anuncio de Tráfico, ningún repulsivo funcionario del Ministerio del Interior puede conducir por nosotros. Pero es que tampoco toleraremos que lo intente.

Hay otros miles de ejemplos de prohibiciones absurdas. Buscadlas y obrad en consecuencia.


(3) La desobediencia civil es una forma de disidencia política desarrollada por los movimientos en defensa de los derechos civiles y políticos. Consiste “en una quiebra consciente de la legalidad vigente con la finalidad no tanto de buscar una dispensa personal a un deber general de todos los ciudadanos (objeción de conciencia), sino de suplantar la norma transgredida por otra que es postulada como más acorde con los intereses generales. Intereses que, no obstante, han de ser identificados a través de un procedimiento democrático de formación de la voluntad” (Wikipedia)

(4) En el sentido mesiánico. Aquí no hay incitación a la violencia, y si os lo parece, espías y trolletes, es porque sois unos garrulos izquierdosos que no leéis la Biblia.

(5) Si alguien confunde esto con la kale borroka es que es un inculto y un borrego. El abertzalismo vasco es pacífico. 

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