Seguramente te sorprenderá esta noticia que publicamos hoy, después de haber sido bombardeado cientos (si no miles) de veces con la cantinela de que en Irán se lapida a las mujeres adulteras. Pues bien, mientras que en otros países árabes, aliados de Washington, sí que se lleva a cabo esta cruel práctica contra las mujeres, en Irán esto no sucede.
Del mismo modo que también es falso que se asesine a las mujeres por cometer adulterio. El caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani, a la que occidente presenta como una mártir, por haber sido condenada a muerte en Irán, por el hecho, según la falsimedia, de haber cometido adulterio, es un intento más por presentar a Irán como un monstruo aterrador y brutal. Sakineh será condenada a muerte, no por haber cometido adulterio, sino por asesinar a su marido, para poder irse con otro hombre. El hecho de haberse ido con otro hombre no ha sido relevante para el tribunal que la juzgaba, lo verdaderamente importante es el que haya matado a su marido para tal fin. Ante lo cual, desde estas líneas, tampoco justificamos la pena de muerte, se practique donde se practique y a la que nos oponemos rotundamente.
La mentira del Imperio no tiene límites, es algo que ya sabemos desde hace tiempo, lo verdaderamente triste es que algunos supuestos antiimperialistas las acepten de forma totalmente acrítica, como en el caso de las mentiras de la lapidación en Irán y la ejecución de mujeres.
Del mismo modo que también es falso que se asesine a las mujeres por cometer adulterio. El caso de Sakineh Mohammadi Ashtiani, a la que occidente presenta como una mártir, por haber sido condenada a muerte en Irán, por el hecho, según la falsimedia, de haber cometido adulterio, es un intento más por presentar a Irán como un monstruo aterrador y brutal. Sakineh será condenada a muerte, no por haber cometido adulterio, sino por asesinar a su marido, para poder irse con otro hombre. El hecho de haberse ido con otro hombre no ha sido relevante para el tribunal que la juzgaba, lo verdaderamente importante es el que haya matado a su marido para tal fin. Ante lo cual, desde estas líneas, tampoco justificamos la pena de muerte, se practique donde se practique y a la que nos oponemos rotundamente.
La mentira del Imperio no tiene límites, es algo que ya sabemos desde hace tiempo, lo verdaderamente triste es que algunos supuestos antiimperialistas las acepten de forma totalmente acrítica, como en el caso de las mentiras de la lapidación en Irán y la ejecución de mujeres.